-Oh, Dios mío, lo siento! Yo... Me iré... Lo siento- Sunhee no sabía qué hacer primero. Cúbrase los ojos, destruir sus gafas o salir corriendo y esconderse detrás de los contenedores de basura, cuando descubrió a su jefe y al joven y adorable ex criminal en pose inconfundible en el sofá de la sala de estar. Completamente desnudo, a plena luz del día.Yoongi levantó la cabeza dos pulgadas, escuchando molestos chillidos femeninos, y la dejó caer con un gemido, recordando instantáneamente dos muy buenas razones por las que no era la mejor idea follar toda la noche. Número uno: El puto día todavía comenzaba a la misma puta hora. Y el número dos acaba de bajar corriendo las jodidas escaleras, probablemente traumatizada de por vida.
Como tercera razón probablemente contaría a un sumiso en coma, durmiendo tan profundamente, que no oiría el lanzamiento de un cohete justo al lado de su dulce y pálida oreja.
-Chico- Yoongi acarició un lado del rostro de Seokjin y luego le dio una palmada en la mejilla- Quieres despertar. Es hora de visitar a tu hermano.
Seokjin gruñó después de 11 segundos, murmuró algo que sonó como 'Déjame en paz', movió la nariz y se quitó la mano malvada de la cara, tratando sin éxito de ponerse de costado debajo del calido cuerpo que lo cubría.
Yoongi arqueó las cejas, mirando el despido contundente con incredulidad, luego sacudió la cabeza, riendo sin ninguna diversión real.
-Sí claro- se levantó del sofá, chasqueando los dedos con dureza sobre el rostro de Seokjin- Levántate, chico.
Seokjin se estremeció ante el ruido, rodeando su cuerpo desnudo con los brazos y parpadeando para abrir los ojos. No estaba en el barco, y un hombre palido y desnudo se elevaba sobre él, luciendo un poco enojado.
-¿Hm?
Yoongi le dio una mirada en blanco.
Seokjin sorbió la nariz y se frotó el hombro.
-Buen dia.
-Mhm- el tímido saludo suavizó un poco el estado de ánimo de Yoongi- ¿Encontraste tus modales?
Seokjin asintió. Yoongi era realmente muy palido y estaba desnudo.
-Hm.
Yoongi arqueó las cejas una vez más, esperando un momento, y luego levantó un dedo con un solo movimiento de cabeza.
-¿Qué pasa a los dos?
Seokjin se tiró del lóbulo de la oreja.
-Se acabó el tiempo.
-Bien. Asegúrate de hablar cuando te hablo- el recordatorio fue dado con voz tranquila, toda ira y severidad desaparecieron- Ahora levántate. Puedes servirme en el baño antes de que nos vayamos.
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No era nada que pudiera confesarle a su hermano, pero arrodillarse desnudo sobre una alfombra de baño gruesa y suave frente a la ducha, sosteniendo una toalla tibia sobre sus rodillas, era una de las nuevas cosas favoritas en la vida de Seokjin. El aire era cálido y húmedo, olía a jabón y champú, y el único sonido que podía oír era el chapoteo del agua sobre los azulejos grises y un cuerpo desnudo. Era agradable y relajante, y no fue nada difícil concentrarse en su tarea.