𝕯𝖊𝖈𝖎𝖒𝖔

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En pleno jueves de examen, Lena se cruzó de brazos y frunció el entrecejo al enterarse de que su madre la llamó a su oficina por "asuntos importantes", lo que ocasionó que los idiotas de su grupo la molestaran con comentarios como "alguien se metió en problemas con su mami, huele a regaño y uhh, Luthor hizo enojar a su mamita".

Por esa y miles de razones más, la ojiverde detestaba que su madre la mandara a llamar en lugar de hablar con ella en casa.

—Nos vimos hoy en la mañana y no dijiste nada sobre asuntos importantes por tratar —se quejó apenas tomó asiento enfrente de Lillian.

Su madre hizo un gesto de desdén para restarle importancia al comentario, y en cambio tomó una carpeta con documentos del instituto antes de hablar.

—He tenido mucho trabajo últimamente.

—¿Y eso qué tiene que ver conmigo? —Lena le ofreció una mirada llena de confusión a la directora/su madre/la mujer más temida del instituto, y luego resopló—. Soy muy joven para ese tipo de cosas, según tus palabras.

—Estaba pensando en organizar otro torneo de ajedrez, la próxima semana. Quise avisarte —respondió con simpleza.

—¿Por qué?

—Porque me relaja ver cómo aplastas a los chicos que compiten contra ti.

Lena rodó los ojos y se colocó de pie con un resoplido, luego volvió a fruncir el entrecejo.

—Pudiste avisarme por mensaje.

—¿Y perderme tu rostro malhumorado? —Respondió su madre aún sin alzar la mirada, con una sonrisa maliciosa tirando de las comisuras de sus labios—. Cierra la puerta al salir, cariño.

La ojiverde no cerró la puerta por el mero placer de molestar un poco a su madre, y apenas alzó la vista, alguien le atrapó el rostro con fuerza y aplastó su boca contra unos labios con sabor a fresa, lo que la hizo jadear y tratar de apartarse para ver el rostro de la ladrona de besos. Sin embargo, la chica dio un giro brusco, la soltó y encima le dio un pequeño empujón para sacarla del camino.

Por tercera vez, Lena cayó de culo al piso y todo lo que pudo ver frente a ella fue un pequeño destello de cabello rubio y segundos después la puerta de la oficina de su madre firmemente cerrada. Dentro estaba su chica rubia y misteriosa, pero lastimosamente tenía examen y tendría que averiguar quién era la idiota en otra ocasión.

𝑺𝒕𝒐𝒍𝒆𝒏 𝒌𝒊𝒔𝒔𝒆𝒔 [𝑺𝒖𝒑𝒆𝒓𝒄𝒐𝒓𝒑]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora