𝑺𝒕𝒐𝒍𝒆𝒏 𝒌𝒊𝒔𝒔𝒆𝒔 [𝑺𝒖𝒑𝒆𝒓𝒄𝒐𝒓𝒑]

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5 años más tarde.

—Madre... —comenzó la ojiverde apenas ingresó al recibidor en la residencia de sus padres.

Lillian rodó los ojos y finalmente dejó de lado su revista sobre alguna cosa que Lena no tenía ni idea, pero a pesar del gesto disgustado y aburrido en el rostro de su madre, la ojiverde rápidamente notó que estaba feliz de verla.

—Ya lo sé —murmuró la mujer.

—¿Ya lo sabes? ¿Qué es lo que sabes? —Cuestionó Lena en tono divertido, y luego añadió—: ¿Te refieres a que sabes que mi estadía en Luthor High me dejó secuelas terribles en el psique?

—No seas exagerada —Lillian volvió a rodar los ojos—. Diana tuvo la misma experiencia educativa que tú y la veo perfectamente bien.

—¿Perfectamente bien? —Se burló la ojiverde—. Diana nunca ha estado perfectamente bien. Pero honestamente, madre, nosotras dos no tuvimos la misma experiencia educativa. Yo nunca me acosté con nuestra profesora de alemán.

Ante la última frase dicha por su hija, Lillian alzó la mirada de inmediato con expresión horrorizada, pero antes de que Lena pudiera hablar para decirle que era una broma o algo por el estilo, la mujer exclamó:

—¡¿Elske Waldfogel?!

—Mamá, solo estaba brom...

—Ay, santo cielo —murmuró la mujer al tiempo que miraba a su hija con horror—. Esa mujer se aprovechó de la pobre Diana.

—Bueno, Samantha también...

—¡¿Samantha también?! —Chilló Lillian, casi al borde del colapso—. No tenía idea de que esa mujer fuera una depredadora de chicas y... Lena, la contraté sin más y sigue dando clases y...

—¡Madre! —Exclamó la ojiverde—. Fue solo una broma, ¿de acuerdo? Estaba jugando contigo.

Claro que no fue una broma, pero su madre no debía saberlo.

Lillian asintió con expresión ausente y solo entonces la ojiverde tomó asiento a su lado al tiempo que silbaba lo más fuerte que pudo. El resultado fue una Masha muy mojada y jabonosa corriendo escaleras abajo de forma inestable mientras Lionel gritaba desde la planta superior para que se detuviera.

Las patas de la pastor belga se deslizaron contra el piso y cayó de costado -lo que hizo reír a Lena-, pero Masha volvió a ponerse de pie rápidamente y saltó al sofá donde su dueña estaba sentada antes de tomar un lugar en su regazo y lamerle las mejillas mientas movía la cola y jadeaba, evidentemente feliz de volver a verla.

La ojiverde abrazó a su bebé sin que le importara el hecho de que su ropa quedó arruinada debido al abrazo eufórico, y pronto acunó a la pastor belga de modo que la barriga de Masha quedó expuesta para acariciarla.

—Te extrañé muchísimo, mi vida —musitó Lena en voz baja y quebrada. Como toda respuesta, la pastor belga jadeó y volvió a lamerle el rostro—. Esta vez nos iremos juntas, ¿de acuerdo?

—Espera, ¿qué? —Lillian interrumpió el reencuentro de forma abrupta, por lo que tanto Lena como Masha voltearon a verla—. ¿Vas a irte de nuevo? ¿Y vas a llevarte a mi nieta?

—¿Quién va a llevarse a mi nieta? —Cuestionó Lionel mientras bajaba las escaleras—. Oh... Lena, no tenía idea de que llegabas hoy.

—Bueno, en realidad es una pequeña parada en mi viaje —respondió la ojiverde sin dejar de acariciar a su mascota—. Kara va a graduarse la semana que viene y me encantaría estar presente y hacerle saber lo orgullosa que estoy de ella. Además, ella estuvo en mi graduación la semana pasada, ¿recuerdan?