🅾🅲🆃🅾🅶🅴🆂🅸🅼🅾 🆂🅴🅿🆃🅸🅼🅾

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—¿Cómo le dijiste a Samantha?

Diana se dejó caer en una de las gradas del gimnasio y se quitó los tacones estúpidamente altos de un puntapié antes de inclinarse hacia su bolso en busca de sus calcetines y las zapatillas de deporte necesarias para la clase de educación física. Yamilka les había prohibido hacer uso de otro tipo de calzado durante su estadía en Luthor High, y si bien los primeros días habían sido francamente horribles, aquella tortura empezaba a dar resultados.

Incluso Raymond manejaba los tacones mejor que la mayoría de las chicas de nuevo ingreso.

—¿Decirle qué cosa? —Cuestionó la chica griega mientras se colocaba los calcetines—. ¿Que soy estúpidamente gay por ella?

Lena rodó los ojos y se quitó sus propios tacones antes de buscar sus zapatillas y ponérselas, Diana estaba atando las agujetas de su zapatilla derecha cuando la ojiverde se decidió a hablar de nuevo.

—No. Me refiero a cómo le dijiste que... ya sabes —murmuró en un tono bajo—. Uhm, enamoramiento y esas cosas estúpidas de Prostiwood.

La chica griega se quedó a medio camino de ponerse el calcetín izquierdo y miró a su mejor amiga con una expresión neutral, sin embargo, lo que parecía una reacción en blanco, pronto se convirtió en una expresión de euforia marca Prince con la sonrisa deslumbrante de Diana y un destello de su perfecta dentadura brillante.

—Oh, cielos, no debí decirte —se lamentó Lena incluso antes de que su mejor amiga hablara—. De todas las personas en Luthor High, tuve que decírtelo a ti.

—Honestamente, no puedo pensar en nadie mejor para decirle esta gran cosa, Kieran. Soy fantástica —la chica griega se encogió de hombros con modestia y terminó de colocarse el calcetín—. Y también honestamente, yo no le dije a mi Sugar Boo que estaba enamorada de ella.

—¿Tu Sugar Boo? —La ojiverde no pudo retener la risa ante el sobrenombre -principalmente porque dudaba que a Samantha le gustara-, pero se puso seria cuando Diana simplemente se encogió de hombros, como si no le importara sonar ridícula—. Bueno, ¿entonces? ¿Cómo sucedió?

Una vez que tuvo las agujetas de ambas zapatillas atadas de forma firme, la chica griega se puso de pie y tomó la cinturilla de sus pantalones de chándal para deslizarlos por sus caderas y sacarlos del camino para quedar de pie usando los shorts de tela holgada para la clase de educación física.

Mientras su mejor amiga pensaba cómo relatar aquello, Lena se percató del vendaje apretado en su pantorrilla, mismo que se veía apenas sucio a causa de dos puntos rojos que seguramente era la sangre de Diana, por lo que la ojiverde hizo una nota mental para preguntarle a su amiga sobre eso apenas le dijera cómo ella y Samantha resolvieron lo del enamoramiento.

—Bueno —comenzó la chica griega antes de soltarse el cabello, colocarse la liga en la muñeca izquierda y tomar asiento al lado de Lena—, creo esa noche habíamos salido a cenar y luego de terminar nuestra cena, ella dijo que no estábamos realmente saliendo, nosotras éramos solo diversión porque sabes cómo es Samantha, y yo le dije que estaba bien con eso porque honestamente estaba muy ocupada con el baloncesto.

—Obviamente —murmuró la ojiverde en acuerdo.

—Eh... bueno, ella se enojó cuando sugerí que el baloncesto era más importante que tener una relación con ella. Llevábamos juntas-pero-no-ese-tipo-de-juntas poco más de cinco meses en ese momento —Diana hizo una mueca ante el recuerdo y luego siguió relatando—. Ella me lanzó su soda encima y se puso como loca en medio de Kordei's.

—Definitivamente suena como Samantha —comentó Lena.

—Entonces ella dijo algo como "¡¿acaso eres tan idiota como para no notar que estoy enamorada de ti, maldita imbécil?!" Todo muy romántico, ya sabes —la chica griega se rió entre dientes—. Entonces le dije que yo también estaba enamorada de ella y decidimos hacerlo oficial esa misma noche.

—¿Te refieres a que se hicieron novias esa noche?

—No. Me refiero a que tuvimos sexo esa noche —corrigió Diana.

—Oh... bueno, es casi lo mismo —Lena exhaló una risa y luego se puso seria de nuevo antes de añadir—: ¿Qué demonios le pasó a tu pantorrilla?

Diana se encogió de hombros antes de responder con simpleza.

—Zurich me mordió mientras Samantha y yo estábamos teniendo sexo en el pequeño sofá de su habitación —expresó sin inmutarse—. No nos dimos cuenta de que la puerta estaba abierta, y Samantha estaba un poco haciendo estos sonidos ofendidos y quejumbrosos, modestia aparte. Zurich posiblemente creyó que la estaba lastimando y... en fin —la chica griega se encogió de hombros y señaló su pantorrilla distraídamente—. Nuestra tarde de sexo alucinante se transformó en una visita a urgencias porque Samantha no estaba segura de que Zurich tuviera la vacuna contra la rabia.

—Demonios...

La ojiverde se puso de pie ya con las zapatillas calzadas, pero antes de que pudiera decir otra cosa para darle apoyo moral a su mejor amiga, las puertas del gimnasio se abrieron de forma brusca y Samantha chilló en un solo aliento:

—¡Ucraniana rubia y estúpidamente loca con complejo de luchadora de la WWE reportándose a la base militar para la guerra!

Diana y Lena hicieron una mueca ante el mensaje apresurado y absurdo y voltearon a verse con idénticas expresiones confusas, pero incluso antes de que alguna de ellas dijera algo, Kara apareció corriendo y se dirigió hacia donde ambas estaban.

Lena trató de gritar debido al deja vù que estaba experimentando, pero su chillido fue estrangulado por el doloroso choque del cuerpo de su novia contra el suyo en forma de tackle.

Las dos rodaron un par de metros por el piso de madera, y apenas dejaron de rodar, la ojiverde llevó sumando hacia su clavícula y la rubia -encima de su novia- se rió de forma alegre antes de plantar un beso firme en la boca de Lena, quien siseó debido a la puntada de dolor que atravesó su hombro.

—Maldita sea, extrañaba esto —expresó la chica ucraniana con expresión alegre.

—Mierda, yo no —se quejó Lena antes de desparramarse en el piso como peso muerto.

𝑺𝒕𝒐𝒍𝒆𝒏 𝒌𝒊𝒔𝒔𝒆𝒔 [𝑺𝒖𝒑𝒆𝒓𝒄𝒐𝒓𝒑]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora