𝑺𝒕𝒐𝒍𝒆𝒏 𝒌𝒊𝒔𝒔𝒆𝒔 [𝑺𝒖𝒑𝒆𝒓𝒄𝒐𝒓𝒑]

🅽🅾🅽🅰🅶🅴🆂🅸🅼🅾 🆃🅴🆁🅲🅴🆁🅾

—No puedo creer que en una semana seremos libres de este lugar —exhaló Samantha mientras descansaba de espaldas en una de las bancas del gimnasio—. Soy un maldito bebé, ¿qué se supone que haga en la universidad?

Kara, Lena y Diana se vieron de forma simultánea básicamente porque estaban de acuerdo. En Luthor High eran reconocidas, eran queridas y demasiado geniales, pero una vez en la universidad todo aquello sería cosas del olvido y serían solo más estudiantes del montón.

—Voy a extrañar mucho dar gay panics —murmuró Diana con la mirada puesta en su regazo y expresión decaída—. ¿Qué se supone que haré si en la universidad no hago dudar de su sexualidad a alguien?

—Yo voy a extrañar las papas francesas de la cafetería —expresó la chica ucraniana viendo hacia el horizonte, pero ante el jadeo ofendido de su novia, rápidamente añadió—: Y también pasar las horas libres con Lena.

—Yo voy a extrañar a la profesora Waldfogel —se quejó la corredora en un tono bajo y lastimero, lo que hizo que su novia y sus dos amigas le dedicaran miradas incrédulas—. Sí, sí, también las voy a extrañar a ustedes, idiotas.

—Pues, ahora que lo pienso, yo voy a extrañar...

—Espera, yo sé —la chica griega interrumpió a Lena de forma inmediata y esbozó una sonrisa ladina—. Tú vas a extrañar los arrimones que te daba Kara en la biblioteca.

Un profundo tono rosado inundó las mejillas de la ojiverde ante el comentario ingenioso -y muy cierto en cierta forma- y pateó a su mejor amiga, quien ni siquiera se inmutó, pero todo lo que hizo falta fue que Lena le dedicara una mirada cargada de indignación a Kara para que esta le diera un golpe en la cabeza a la chica griega para vengar el honor de su novia.

Diana le dedicó una mirada molesta a la rubia, y Samantha le propinó una patada medio desastrosa a la chica ucraniana -porque estaba recostada sobre su espalda- para vengar el honor de su novia, por lo que la chica griega esbozó una sonrisa de suficiencia que la ojiverde se encargó de borrar cubriéndole el rostro con la mano izquierda.

—Bueno, como sea —murmuró Lena antes de entrelazar su mano en la de Kara—, ¿están listas para el día de la identidad? Es dentro de unos días.

—¿Qué es el día de la identidad? —Cuestionó la chica ucraniana con expresión confusa, y ante las miradas de pasmo de las otras chicas, rodó los ojos antes de decir—: Chica nueva, ¿recuerdan?

Lena, Diana y Samantha asintieron en entendimiento, como si hubieran olvidado que era el primer y último año de Kara en Luthor High, pero una vez que el aire de pasmo y confusión se evaporó, la chica griega empezó a explicar lo que era el día de la identidad.

—Es básicamente un día que se usa para dar visibilidad a la diversidad de estudiantes en Luthor High —Diana miró a Lena para cerciorarse de que no la corrigiera, y una vez que estuvo segura de que su mejor amiga iba a mantener la boca cerrada, continuó—. Ese día usas dos banderas. La de tu país de origen y la de tu orientación y/o identidad sexual.

—Como ya dijo Diana, es un día de visibilidad —repitió la corredora antes de por fin sentarse de forma correcta en la banca—. Por ejemplo, siempre uso la bandera de México y la bandera pansexual. Diana usa la bandera de Grecia y la bisexual. Lena usa la bandera de Irlanda y la...

—Creo que ya entendió, amor —murmuró la chica griega antes de dejar un rápido beso en los labios de su novia—. En fin, asumiré que tú, Kara, llevarás la bandera lésbica y la de Rusia.

La chica ucraniana le dedicó a Diana una mirada tan indignada, molesta y absolutamente de advertencia, que la chica griega tuvo que echarse a correr al percatarse de que Kara iba a seguirla para golpearla por imbécil e irrespetuosa.

Pero antes de ir detrás de Diana para darle su merecido y unas malditas clases de geografía que mucha falta le hacían, la rubia tomó el rostro de Lena entre sus manos y dejó un beso cariñoso y cálido en sus labios antes de entonces sí salir corriendo detrás de la chica griega para hacerla tragar césped si era necesario.

Kara no podía creer cómo pudo estar casada con una tipa tan irritantemente molesta como Diana.

—Van cien a Diana —comentó la ojiverde una vez que su mejor amiga y su novia salieron corriendo del gimnasio, y ante la ceja alzada de Samantha, todo lo que hizo fue encogerse de hombros antes de decir—: Sabes y sé que Diana sabe someter casi a cualquiera. ¿Recuerdas cuando pensó que el profesor Carr estaba acosándote y le aplicó una llave que envió al pobre hombre a la sala de urgencias?

—Claro que lo recuerdo, pero yo digo que van cien a Kara —devolvió la corredora—. No hay una razón. Solo quiero llevarte la contraria.

Lena rodó los ojos porque eso era típico de Samantha, pero luego dejó pasar el tema y se concentró en el hecho de que la castaña estaba muy entretenida revisando algo en su teléfono, y como la ojiverde tenía curiosidad de sobra, se inclinó para ver lo que su amiga estaba revisando.

Fue solo un vistazo rápido porque Samantha bloqueó la pantalla del teléfono inmediatamente y se alejó de Lena, pero la ojiverde recopiló alguna cosas en ese vistazo, tales como un torso pálido vestido con un sujetador de encaje negro y algunos mechones rojizos cayendo por los hombros de la mujer en la foto.

—Ay, por Dios —exhaló Lena con expresión ilegible, y luego chilló en voz baja—: ¡¿Acaso es la profesora Waldfogel?!

—¿Qué? Pfft. No. Claro que no —se apresuró a decir la corredora—. ¿Elske? Para nada. Eh... son imágenes de Google.

—Samantha... no lo puedo creer —la ojiverde parpadeó -en serio sin poder creerlo- y tragó saliva forzosamente, luego se inclinó hacia enfrente y bajó la voz—. ¿En serio tú y Diana están... teniendo sexo con nuestra profesora de alemán?

Las mejillas de Samantha adoptaron un ligero tono rosado que dijo todo lo que ella trató de callar, pero en lugar de reaccionar como loca e ir a terapia por el conocimiento de que sus mejores amigas estaban follando con una de sus profesoras, Lena murmuró:

—¿Es tan buena como parece?