El martes se sintió extraño apenas despertó.
Se sentía una vibra rara en el ambiente, y aunque Lena quiso saber a qué se debía, a la hora del receso lo dejó pasar porque tal vez era solo cosa de su imaginación. Sin embargo, fue justamente a la hora del descanso cuando ocurrió lo inesperado.
Como cada mañana, Diana había colocado un sándwich con papas y una malteada de vainilla sobre su bandeja, y todo había estado bien hasta ese momento. Lena también tomó su almuerzo y Samantha copió su acción, pero cuando iban camino a su mesa, alguien tropezó y empujó a Diana por accidente, misma que iba detrás de la ojiverde.
La chica griega no pudo detenerse a tiempo porque fue demasiado repentino, por lo que la malteada de vainilla y el kétchup de las papas francesas terminaron en el cabello de Lena, quien se quedó estática en su lugar al sentir que el líquido helado recorría su cuero cabelludo.
—Mierda, lo lamento muchísimo. No fue mi intención —Diana dejó la bandeja de lado y examinó el cabello de su amiga—. Mierda.
—¿Qué sucedió? —Samantha (que iba unos pasos por delante) se giró y abrió la boca con asombro al ver lo que detuvo a sus amigas—. Mierda.
Lena se giró hacia la chica griega con expresión tranquila y le ofreció su bandeja, misma que Diana tomó con duda y cierta reticencia, sin embargo, la ojiverde dejó salir un pequeño suspiro antes de hablar.
—Iré a enjuagarme el cabello. Regreso en un momento.
Luego de decir aquello salió de la cafetería con rumbo al baño más cercano, y una vez dentro, se acercó a los lavabos para enjuagarse la malteada. Estaba concentrada en su labor, pero de cualquier forma escuchó que alguien ingresó a los baños y caminó en su dirección, sin embargo, cuando iba a alzar la mirada para descubrir de quién se trataba, la chica le lanzó una toalla al rostro, misma que hizo que se tambaleara hacia atrás y lanzara golpes a diestra y siniestra al tiempo que trataba de quitarse aquello del rostro.
La chica le atrapó las muñecas con una sola mano y con la otra le descubrió la boca para dejar un beso firme en sus labios. Lena jadeó ante el movimiento repentino y el agarre férreo en sus muñecas, el aroma a champú de frutos rojos inundó sus sentidos y casi gimió cuando paladeó el sabor del labial de fresa que usaba su ladrona de besos.
Sin embargo, el contacto culminó y sus muñecas fueron liberadas, pero aunque la ojiverde se quitó la toalla del rostro lo más rápido que pudo, todo lo que pudo ver fue que una chica rubia cerraba la puerta a sus espaldas luego de salir del baño.
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𝑺𝒕𝒐𝒍𝒆𝒏 𝒌𝒊𝒔𝒔𝒆𝒔 [𝑺𝒖𝒑𝒆𝒓𝒄𝒐𝒓𝒑]
FanfictionDonde Kara tiene un crush enorme en Lena Luthor, la presidenta del Club de Ajedrez, y busca formas ingeniosas de robarle besos cada vez que se topa con ella. ••• Advierto que el contenido de esta obra puede ser controversial debido al tema en que gi...
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