Kara y Lena estuvieron fuera del loft durante todo el día haciendo de turistas.
El sol ardía de tal forma que para cubrir su piel de los rayos insanamente calientes, Lena se colocó una blusa de manga larga, pantalones spandex que cubrían sus piernas por completo, gafas oscuras y un sombrero enorme para cubrirse el rostro. Se estaba muriendo de calor, por supuesto, pero prefería morir cocinada viva antes que parecer una cereza andante.
Kara vestía shorts vaqueros, una camiseta sin mangas y una gorra, y estaba tan sudorosa y sonrojada que casi parecía que Lena acababa de... no importaba. La chica ucraniana seguía viéndose bien a pesar de maldecir Las Vegas cada pocos minutos por ser "el estúpido infierno personificado".
De cualquier forma, volvieron al loft cuando pasaban unos minutos de las siete con algunas bolsas con compras y demasiado calor, y cuando pasaron por el pasillo de las habitaciones, Lena se congeló al escuchar voces susurrantes provenientes de la habitación de Diana y golpes sospechosos.
—Kara —llamó a su novia en un tono bajo y estrangulado—. Creo que alguien entró al loft.
—¿Qué? —La rubia frunció el entrecejo e hizo una mueca—. No lo creo, Lee, la seguridad del edificio es muy buena. Es poco probable.
—¡¿Entonces por qué estoy escuchando voces susurrantes en la habitación de Diana?! —Lena chilló de forma histérica aún en voz baja—. Debemos revisar. Iré por un cuchillo y uno de los palos de golf de la señora Prince.
—Lena... —empezó la chica ucraniana, pero la ojiverde ya había desaparecido.
Unos segundos después, Lena le entregó el pago de golf a la rubia y sujetó en alto y con fuerza el cuchillo de cocina antes de acercarse a la puerta. Cuando la ojiverde abrió la habitación y estuvo a punto de gritarle al presunto ladrón, lo que salió de su garganta fue en realidad un grito estrangulado al percatarse de la escena ante sus ojos.
Diana estaba sobre el cuerpo desnudo de Samantha, pero la corredora se asustó al escuchar el grito de su amiga y empujó a la chica griega de encima de su cuerpo para luego cubrir su desnudez. Diana se quejó cuando su espalda chocó contra el piso, y Lena se giró rápidamente para no verla.
Kara se golpeó la frente con la palma de la mano y dejó salir un suspiro pesaroso aún sujetando el palo de golf.
—Traté de decirle que no era ningún ladrón —explicó vagamente sin mirar a las chicas desnudas. De cualquier forma, la basquetbolista se cubrió con una almohada e hizo una mueca—. Lena, vámonos.
—Oh, eh... sí, por supuesto —la ojiverde tragó saliva y evitó mirar por encima de su hombro, pero no evitó hacer un comentario burlón de todos modos—. Sí, yo creo que ya lo solucionaron. En fin, terminen y nos vemos en la cocina, esta noche saldremos a un casino.
Una vez en la cocina, Kara y Lena dejaron salir una carcajada estruendosa al mismo tiempo, lo que solo las hizo reír aún más y durante más tiempo, sin embargo, una vez que la risa cesó, la rubia tomó aliento y esbozó una sonrisa ladina antes de acercarse a su novia y tomar un mechón entre dos de sus dedos.
—Y dicen que el sexo no soluciona nada —bromeó.
—La gente subestima el poder del sexo —Lena se encogió de hombros y enredó sus brazos alrededor del cuello de la chica ucraniana antes de decir—: De hecho, pienso que las personas somos demasiado sexuales incluso si no lo aceptamos.
—Creo que tú lo aceptas demasiado bien —bromeó la rubia, por lo que Lena rodó los ojos—. ¿Qué? ¿No es verdad?
—Bueno, sí, la abstinencia me estaba matando, y verte todos los días era muy... complicado, por decir lo menos —resopló la ojiverde—. Pero la espera valió la pena, aunque honestamente, Lyaksandra, no creí que fueras una reina de almohadas.
Kara balbuceó torpemente y sus mejillas adquirieron un profundo tono rosado, y a pesar de que quiso alejarse del agarre que su novia mantenía alrededor de su cuello, en lugar de liberarla, Lena unió sus bocas en un beso lento y exploratorio que definitivamente iba con la intención de algo más.
La rubia empotró a su novia contra la encimera y se colocó entre sus piernas mientras una de sus manos se coló entre sus pantalones spandex y la ropa interior y tanteó el terreno. La ojiverde jadeó y trató de abrir más las piernas ante el contacto aún sin alejar sus bocas, pero en lugar de seguir con sus caricias, Kara detuvo sus dedos todavía dentro de los pantalones de su novia y se dedicó a besarle un costado del cuello.
Lena la alejó de su piel para tomar los bordes de su blusa y quitarla por encima de su cabeza, luego la tela cayó al piso y la mano de la chica ucraniana abandonó la entrepierna de la ojiverde para posar sus dos manos sobre los pechos cubiertos por el sujetador oscuro de Lena.
La ojiverde estaba a punto de suplicarle a Kara que la tocara, pero una voz externa la sacó de su nube de excitación.
—¿Las grabamos? —Cuestionó Diana en dirección a su novia.
—Uhm, sí, y lo titulamos "ucraniana rubia se folla a ojiverde en la cocina de su mejor amiga" —respondió Samantha.
La chica ucraniana dejó salir una risa divertida aún sosteniendo los pechos de Lena en sus manos, pero en cambio, la ojiverde trató de bajarse de la encimera para buscar su blusa, completamente avergonzada. Fue extraño, muy extraño, pero de alguna forma estúpida, cuando Lena estuvo a punto de colocar los pies sobre el piso, se resbaló y cayó de culo con un golpe estruendoso.
La ojiverde quedó con ganas de sexo, muy avergonzada y con un horrible dolor de culo durante toda la noche mientras recorrían un casino en sus ropas elegantes.
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𝑺𝒕𝒐𝒍𝒆𝒏 𝒌𝒊𝒔𝒔𝒆𝒔 [𝑺𝒖𝒑𝒆𝒓𝒄𝒐𝒓𝒑]
FanfictionDonde Kara tiene un crush enorme en Lena Luthor, la presidenta del Club de Ajedrez, y busca formas ingeniosas de robarle besos cada vez que se topa con ella. ••• Advierto que el contenido de esta obra puede ser controversial debido al tema en que gi...
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