𝖁𝖎𝖌𝖊𝖘𝖎𝖒𝖔

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Lena caminó con algo parecido al aburrimiento hacia la clase de literatura, -el aburrimiento no era por la clase en sí, la profesora Grant era excelente enseñando su asignatura- pues ese día habían acordado que la clase sería en el auditorio porque unirían a dos grupos ya que la profesora necesitaba irse del instituto temprano y no quería dejar a los alumnos de la última hora sin su clase.

Entonces, la ojiverde ingresó al auditorio casi arrastrando los pies, pero se irguió al ver que Kara tomaba algunos apuntes en su cuaderno, ensimismada en ella misma, y que había un lugar libre en la fila detrás de ella -justo detrás de su asiento-, por lo que se dirigió allí sin dudar y de forma sigilosa para no llamar su atención.

Cuando tomó asiento miró a su alrededor, Samantha y Diana estaban hablando en voz baja y con las manos entrelazadas sobre el regazo de la chica griega -Lena rodó los ojos de tal forma que casi se vio el cerebro, ¿cómo no notó que estaban saliendo?-, Ava Sharpe y Sara Lance estaban besándote en la última fila -uhm, cierto que le debía una disculpa a Sara y necesitaba hablar con Ava porque necesitaba su ayuda-, y la pelirroja del día anterior y la máquina expendedora estaba haciéndole cariñitos a la popular del instituto, Margaret Sawyer.

Luthor High parecía más un instituto gay...

Cuando la profesora Grant ingresó al auditorio, dejó su bolso sobre un escritorio gastado que había sobre el escenario y miró alrededor, presuntamente ubicando a sus alumnos, luego tomó su teléfono y buscó algo antes de volver a alzar la mirada.

La profesora Grant siempre contaba uno o dos chistes estúpidos -mayormente carentes de sentido- antes de iniciar la clase, y el que se reía o hacía algún sonido que dejara en evidencia su diversión, se salía de la clase. Así de simple.

Tal vez lo que estaba pasando por la mente de Lena era un poco cruel, pero dejaría el cargo de conciencia para otro momento. Se inclinó hacia adelante y de forma cuidadosa tocó el hombro de Kara, quien giró medio cuerpo para ver quién la llamaba.

Los iris azules se llenaron de calidez al centrarse en Lena, quien había estado lista y apenas obtuvo la atención de la rubia, tomó sus mejillas y plantó un beso delicado en sus labios, uno que estaba en el extremo opuesto del del día anterior. Kara se relajó y cerró los ojos, y la ojiverde le regaló unos segundos más porque estaba pensando en hacer algo definitivamente malo luego de eso, así que tardó en alejarse un poco más que las veces anteriores.

Apenas se alejaron, Lena señaló hacia enfrente para que la rubia prestara atención a la clase, y apenas Kara volvió a acomodarse en su asiento, filtró una de sus manos bajo el respaldo de la silla, de modo que las puntas de sus dedos rozaron muy ligeramente la camisa de la rubia a la altura de sus costillas.

—Bien, aquí vamos. ¿Cómo se dice mechero en japonés? —La profesora paseó la mirada alrededor del auditorio y esbozó una sonrisa antes de añadir—: Saka yama.

Apenas terminó la frase, Lena provocó las cosquillas en Kara, quien se retorció en su lugar y chilló en voz alta mientras se reía casi a carcajadas de forma histérica, por lo que llamó la atención de todos los estudiantes. La profesora alzó una ceja y miró en dirección al alboroto, entonces Lena se colocó con la espalda recta en su lugar y cruzó una pierna sobre la otra al tiempo que armaba de forma cuidadosa la expresión más serena e inocente que pudo.

La rubia se calmó casi de inmediato, y tragó saliva al notar que la profesora -y todos en el auditorio- tenían su atención en ella.

—Ese ni siquiera fue un buen chiste, señorita El —murmuró la profesora al tiempo que hacía un ademán hacia la puerta—. Fuera de mi clase.

—Pero...

—Fuera.

Kara se puso de pie con las mejillas sonrojadas y guardó sus cosas en silencio, luego miró en dirección a la ojiverde -que seguía imperturbable- y esbozó una pequeña sonrisa antes de decir:

—Me lo merecía —y caminar fuera del auditorio.

𝑺𝒕𝒐𝒍𝒆𝒏 𝒌𝒊𝒔𝒔𝒆𝒔 [𝑺𝒖𝒑𝒆𝒓𝒄𝒐𝒓𝒑]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora