Lena no tenía un motivo real para dudar que lo que su mejor amiga le dijo con respecto a Samantha y la profesora Waldfogel, pero su ojo de loca en serio estaba haciendo de las suyas y la ojiverde estaba casi segura de que Diana le estaba ocultando algo.
Naturalmente, como la excelente amiga que era, haría todo lo posible para atraparla con el culo al aire y decirle a Samantha para luego romperle la boca por mentirosa e infiel.
Obviamente, lo de atraparla con el culo al aire estaba dicho en forma de metáfora, porque a Lena no le interesaba mucho ver el trasero desnudo de su mejor amiga a pesar de que dicha mejor amiga le había visto hasta la fecha de nacimiento cuando la ayudó con la depilación y... tenía que dejar de desviarse.
¡El honor de Samantha estaba en juego! Y si bien la corredora no era el mejor ejemplo de una amistad saludable -dadas sus tendencias a hacer bromas pesadas y burlarse durante semanas por el más mínimo error cometido-, Lena no pensaba permitir que Diana le viera la cara de estúpida.
—¿Qué tanto estás haciendo? —Cuestionó la ojiverde durante una hora libre, donde la corredora no había dejado su teléfono ni un momento—. Tu hamburguesa está más fría que yo viendo porno hetero.
—Estoy tratando de elegir entre dos fotos. No puedo decidir en cuál me veo mejor —respondió Samantha sin inmutarse—. ¿Tú qué opinas?
Lena miró la pantalla cuando su amiga se la mostró porque obviamente quería ayudar, pero no esperó que ante sus ojos aparecieran dos fotos de Samantha vistiendo lencería en poses sugerentes -muy lindas, honestamente-, lo que hizo que la ojiverde apartara la mirada rápidamente con las mejillas sonrojadas.
—¡¿Qué demonios?! —Chilló Lena—. ¿Acaso estás enviándole fotos en ropa interior a Diana mientras conversamos?
—¿Diana? Diana qué —la castaña rodó los ojos y siguió viendo sus fotos—. Diana me ha visto desnuda y en cada posición imaginable, Lena, ¿por qué le enviaría fotos en lencería si directamente le puedo enviar una foto de mi coñ...
Lena lanzó su servilleta al rostro de Samantha para que se callara, y esta solo se burló antes de finalmente seleccionar las dos fotos y enviarlas, por lo que un segundo después bloqueó su teléfono y lo colocó sobre la mesa.
—No me interesa saber qué tipo de fotos le envías a la griega descarada —la ojiverde resopló—. Sé que ustedes son unas pervertidas de lo peor, pero no necesito detalles.
—Solo estás celosa porque la pequeña ucraniana difícilmente te folla —devolvió la corredora mientras masticaba una de sus papas fritas—. Un desperdicio, si me lo preguntas. Demonios, Luthor, tienes que sacarle provecho al rendimiento de una deportista. ¿Qué pasa contigo?
Lena se aclaró la garganta torpemente porque sí tenía algo de celos de la vida sexual muy activa de sus mejores amigas en comparación de la suya con Kara, pero Samantha era Samantha e iba a burlarse de ella durante meses si le decía cómo se sentía en realidad respecto a su falta de sexo con su novia, por lo que decidió cambiar de tema.
—Nunca vas a adivinar lo que hizo la imbécil de tu novia el otro día.
—¿Darle gay panics a todos en Luthor High? —Se aventuró la corredora antes de tomar otra de sus papas—. Eso lo hace todos los días.
—No. Me dio un susto de muerte cuando estaba eh... montando la mano de Kara en la biblioteca —admitió en un tono bajo—. Me llamó por mi nombre completo y dijo que pensó que me había criado mejor. ¡Pensé que mi madre nos había encontrado! ¿Te imaginas el trauma que nos habría creado ese suceso?
Samantha resopló una risa y señaló con la mirada hacia detrás de la ojiverde, por lo que Lena volteó de inmediato para ver a qué se refería su amiga.
Kara y Diana ingresaron a la cafetería desierta con portes altivos y expresiones orgullosas, pero la mente de Lena descartó su interés en la chica griega y en su lugar, su atención se centró por completo en el andar de Diosa ucraniana de su novia.
Cuando la chica ucraniana llegó a la mesa y tomó su lugar al lado de la ojiverde, se apresuró a robar algunas papas fritas del plato de Samantha, pero la corredora no le prestó atención por estar ensimismada en la silueta perfectamente perfecta de su increíble novia griega.
—Hola, amor —murmuró la rubia antes de inclinarse hacia el rostro de Lena y besarla con cuidado—. Estaba pensando que hoy podríamos hacer una pijamada.
—She do that thing she usually do —empezó Diana en tono burlón.
—Spell my name with her tongue like... —Samantha se interrumpió a sí misma cuando la ojiverde le dedicó una mirada furiosa—. Qué aburrida.
—¿Me estoy perdiendo de algo? —Kara frunció el entrecejo con confusión y miró a las otras tres chicas sin comprender—. ¿Por qué siempre siento que me ocultan algo?
—Solo son unas idiotas —ofreció Lena como toda respuesta—. Y me encantaría hacer una pijamada contigo. Llevaré lencería ¡mercería! Era mercería. Eh... para remendar camisetas y eso. Uhm, porque eso se hace en las pijamas y... sí.
—De hecho, Samantha y yo no hacemos eso en nuestras pijamadas —la chica griega frunció el entrecejo—. Nosotras...
—Cállate, Diana, nadie te preguntó.
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𝑺𝒕𝒐𝒍𝒆𝒏 𝒌𝒊𝒔𝒔𝒆𝒔 [𝑺𝒖𝒑𝒆𝒓𝒄𝒐𝒓𝒑]
Fiksi PenggemarDonde Kara tiene un crush enorme en Lena Luthor, la presidenta del Club de Ajedrez, y busca formas ingeniosas de robarle besos cada vez que se topa con ella. ••• Advierto que el contenido de esta obra puede ser controversial debido al tema en que gi...
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