Luego del fin de semana en Las Vegas, las chicas regresaron a la ciudad, y mientras Samantha pasó el resto de las vacaciones en México, Diana y su madre viajaron a Londres y Kara y sus padres fueron a esquiar, Lena pasó el resto de las vacaciones encerrada en su casa, molestando a Masha y muriendo del aburrimiento porque -extrañamente- no había cobertura móvil en las montañas nevadas de Colorado y no podía tener conversaciones ingeniosas con su novia por mensajes de texto.
Y entonces, el primer día de regreso a clases se sentía un ambiente casi suicida que emanaba de cada uno de los estudiantes a excepción de Lena. Honestamente, la ojiverde estaba feliz de estar de regreso y tener a sus amigas para meterse en líos con los profesores y aprender muchas cosas que nunca en su vida iba a aplicar.
Había extrañado aprender, pero algunas de las cosas que más extrañó fueron definitivamente amenazar a Diana con teñirle el cabello, besarse con su novia detrás de las gradas del equipo de fútbol americano y sacar de quicio a Samantha cuando trataba de imitarla hablando español.
Lo que definitivamente no extrañaba era caer sobre su culo cada dos por tres, pero algo le decía que no se libraría de esa suerte en un futuro cercano.
—Y entonces por fin sucedió —Nia chilló con emoción en voz baja en medio de la clase de filosofía. Lena parpadeó repetidamente, en serio asombrada.
—¿Quieres decir que por fin entendió la indirecta? —Cuestionó para confirmar que estaba en lo correcto.
La castaña asintió repetidamente con un brillo eufórico en la mirada y se recostó contra el respaldo de su asiento antes de dejar salir un suspiro soñador.
—Fue tan lindo, Lena, te lo juro.
—Estoy segura de que sí —respondió la ojiverde para después dejar salir una risa ligera y garabatear en la esquina inferior de su cuaderno—. Es genial que tus padres te hayan permitido ir de vacaciones con la familia de Querl.
—Honestamente, no creí que fueran a aceptar —Nia hizo una mueca y fingió responder el cuestionario que entregó el profesor al iniciar la clase—. Quiero decir... mi padre en realidad no aprueba del todo a Querl. Dice que me quita mucho tiempo y...
—Oh, Dios, he escuchado eso antes —Lena exhaló un suspiro pesaroso y luego rodó los ojos—. No lo comprendo. Querl es encantador.
—Cosas de padres, supongo —respondió la castaña con un encogimiento de hombros, sin embargo, luego añadió—: ¿A ti cómo te va con la rubia extranjera con acento sexy?
La ojiverde volvió a reírse ante la descripción de su novia desde el punto de vista de Nia, pero se encogió de hombros y evitó mencionar que habían recurrido al arte de las fotos comprometedoras por mensaje de texto mientras estaban lejos y algo tensas. No había sido mucho de aquello, pero Lena ideó algunas cosas interesantes que se moría por poner en práctica.
Cuando la ojiverde iba a responder, un sonido estático sonó en la estancia, por lo que todos los alumnos en el aula dirigieron su mirada hacia la bocina colocada en el techo, seguidamente, la voz tensa y molesta de la directora rompió el silencio.
"Las señoritas Arias, El, Luthor y Prince, vengan a la oficina de dirección. Ahora mismo". Zanjó Lillian en un tono cortante.
Lena evidentemente no pudo ver las reacciones de sus amigas, pero sí que pudo imaginar que Kara y Diana se pusieron pálidas y Samantha rodó los ojos antes de guardar su lima de uñas y recoger sus cosas.
—Luthor, vaya a la dirección —murmuró el profesor sin prestar atención.
—Creo que hablaremos más tarde, Nia, parece ser que me necesitan —la ojiverde hizo una mueca pero rápidamente recogió sus pertenencias y se colgó el bolso—. Te veré después.
—Suerte, Lena.
Cuando la ojiverde llegó a la oficina de su madre, se sorprendió al encontrar que sus amigas y novia ya estaban allí, recostadas sobre un muro con la cabeza gacha debido a las miradas desaprobatorias que estaban dirigiéndoles las mujeres que les dieron la vida.
Lillian se veía particularmente furiosa mientras miraba a las cuatro chicas con expresión enojada y sostenía una hoja boca abajo en el escritorio.
La señora Prince tenía la mandíbula tensa y sostenía un fólder con un agarre férreo.
La madre de Samantha se veía como alguien a punto de arder en cólera con cualquier mínimo movimiento.
La señora El tenía el entrecejo fruncido y le estaba dirigiendo a su hija un sermón en voz baja seguramente en ucraniano mientras la rubia permanecía casi encogida en su lugar.
Cuando su novia volteó a verla de reojo, la ojiverde le lanzó un beso a la distancia de forma disimulada, lo que hizo sonreír a la chica ucraniana de forma apenas perceptible antes de volver a bajar la mirada ante el regaño de su madre.
—Eh... buen día. ¿Qué sucede? —Lena se atrevió a preguntar, pero se arrepintió de inmediato al notar que las cuatro mujeres mayores la miraron con idénticas expresiones homicidas—. Uhm... sea lo que sea ¡fue culpa de Diana!
—¡Yo no hice nada! ¡No la escuchen! —Gritó la chica griega para defenderse—. ¡Samantha lo hizo!
—¡¿Qué?! —Espetó la corredora llena de indignación—. Maldita traidora, ¡la verdad es que seguramente fue idea de Kara!
—¡Oye! —Se quejó la rubia.
—Basta —zanjó la señora Prince con la mandíbula tensa—. Digan de una vez por todas de quién fue la idea de ir a un registro civil.
—¿Qué? Madre, eso no tiene sentido —Diana frunció el entrecejo y luego miró a sus amigas en busca de apoyo, pero todas guardaron silencio—. Nosotras no fuimos a un...
—Oh, ¿de verdad? —La madre de Samantha arrebató la hoja en el escritorio de Lillian y empezó a leer—. Acta de matrimonio entre Samantha Mary Arias y...
—¡Oh, Dios mío! —Chilló la corredora con voz eufórica antes de abrazar a su novia—. ¡Nos casamos, Di!
—Oh, por...
—Oh, ¿tú crees, jovencita? —Lillian frunció el entrecejo y tomó el acta que la madre de Samantha estaba leyendo—. Aquí dice, acta formal de matrimonio entre Samantha Mary Arias y Lena Kieran Luthor.
—¡¿Qué?! —Chillaron las dos mencionadas al unísono y con expresiones asqueadas idénticas.
—Espera, eso quiere decir que... —Kara le dedicó una mirada a Diana, quien se estremeció y empezó a negar con la cabeza, rechazando la idea por completo—. Diana y yo...
—Acta formal de matrimonio entre Kara Lyaksandra El y Diana Z. Prince —leyó la madre de la chica griega—. Pero esa no es la peor parte.
—¿Hay una peor parte? —Se quejó Diana al tiempo que se cubría el rostro con las manos, completamente avergonzada y bastante arrepentida.
—Ya lo creo —espetó la señora Prince—. Renunciaste a tu apellido y ahora eres Diana Z. El.
No hubo tiempo para reaccionar, Diana se desplomó en el suelo, inconsciente debido a la impresión.
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𝑺𝒕𝒐𝒍𝒆𝒏 𝒌𝒊𝒔𝒔𝒆𝒔 [𝑺𝒖𝒑𝒆𝒓𝒄𝒐𝒓𝒑]
ФанфикшнDonde Kara tiene un crush enorme en Lena Luthor, la presidenta del Club de Ajedrez, y busca formas ingeniosas de robarle besos cada vez que se topa con ella. ••• Advierto que el contenido de esta obra puede ser controversial debido al tema en que gi...
![𝑺𝒕𝒐𝒍𝒆𝒏 𝒌𝒊𝒔𝒔𝒆𝒔 [𝑺𝒖𝒑𝒆𝒓𝒄𝒐𝒓𝒑]](https://img.wattpad.com/cover/263625235-64-k565968.jpg)