La noche de ese martes, luego de casi golpear a Kara por la mañana, sofocar a Diana con un golpe en el estómago y abofetear a Samantha debido a la furia incontrolable en su ser, Lena se obligó a tranquilizarse y volver a casa antes de que sucediera una desgracia.
Vio cómo Kara pasó a invitar a su padre a cenar, y él aceptó luego de una pequeña conversación. ¡Él aceptó! ¡¿Qué demonios tenían en mente sus progenitores?!
De cualquier forma, la ojiverde se las arregló para mantener a raya su disgusto y las ganas de gritar a los cuatro vientos lo que pensaba de la idiota ucraniana que había invitado a salir a sus padres antes de que a ella. ¡Era indignante! ¿Acaso Kara pensaba pasar por todos los Luthor antes de llegar a ella?
Lena esperó de forma paciente hasta que un auto se detuvo frente a la residencia de sus padres y alzó la mirada para no perder detalle.
Del vehículo bajaron Kara y Lionel, la rubia con una sonrisa radiante y su padre con expresión casi pasmada. Parecía descolocado y un tanto temeroso, y de repente la ojiverde se preocupó de que Kara hubiera amenazado a su familia porque ¿y si los El eran una banda de narcotraficantes? ¿Y si estaban planeando dominar el mundo y amenazaron a su familia para que les dieran a Lena? ¿Y si Kara era la mente maestra detrás de la mafia ucraniana?
—Oh, Lena, ¿qué haces aquí afuera? —Cuestionó su padre al verla sentada en el pórtico—. ¿Tu madre salió y dejaste las llaves dentro?
La ojiverde negó con la cabeza y se puso de pie con las piernas temblorosas para ver por encima del hombro de Lionel en dirección a Kara, quien se veía aún radiante, aunque un tinte de ansiedad se cernía sobre ella de cualquier forma. Tal vez estaba nerviosa debido al arrebato de furia que tuvo Lena en el instituto.
—Gracias por acompañarme esta noche, señor Luthor —la rubia se aclaró la garganta con torpeza y luego añadió—: Agradezco que se haya dado el tiempo de cenar conmigo hoy.
—Ah, sí —el hombre volvió a fruncir el entrecejo con algo de confusión y abrió la reja de la propiedad para ingresar, sin embargo, una vez que estuvo dentro, no cerró tras él—. Eh... de nada, supongo.
—Lena —llamó la chica ucraniana, lo que hizo que la ojiverde volteara a verla de inmediato—, ¿podrías darme un segundo?
Lena miró en dirección a su padre casi esperando que no le diera permiso, pero él se encogió de hombros y abrió la puerta de la casa para entrar sin más y cerrar a sus espaldas, por lo que la ojiverde tragó saliva de forma forzada y caminó en dirección a Kara con cierta reticencia porque ¿y si la subía al auto y la raptaba y luego tomaban un vuelo privado hacia Ucrania? Para empezar, a Lena no le gustaban los aviones.
Sin embargo, a pesar de su cautela y cierto dejo de desconfianza, la ojiverde se plantó frente a la chica ucraniana y alzó la barbilla para mostrar su típico porte altivo y arrogante.
—¿Sí?
—Uhm —la rubia vio algo por encima del hombro de Lena e hizo una mueca, luego la tomó por la muñeca y la dirigió hasta que su espalda estuvo contra el muro de piedra, de modo que sus padres no podrían ver lo que estaban haciendo—. Así está mejor.
Cuando la ojiverde iba a preguntar de qué estaba hablando, Kara se inclinó hacia enfrente y tomó su boca con seguridad para después empezar a mover sus labios de forma confiada.
Lena casi se derritió ante el contacto y, de hecho, dejó salir un gemido ahogado cuando -al mismo tiempo que la lengua de la rubia buscó la suya- Kara tomó sus muñecas y las posicionó contra el muro de piedra para retenerla justo allí.
Del mismo modo, la ojiverde sintió que un escalofrío subió por su espina dorsal cuando uno de los muslos de la chica ucraniana se coló entre sus piernas separadas y dejó salir un suspiro entrecortado, lo que hizo que sus bocas se alejaran y Kara aprovechara el momento para descender con pequeños y suaves besos por el costado del elegante cuello de Lena.
—Oh, Kara, maldita sea —gimió cuando el muslo entre sus piernas empujó hacia arriba y frotó el ápice antes sus piernas—. Otra vez, y bésame otra vez.
Kara tenía toda la intención de cumplir el deseo jadeante de Lena, y lo habría hecho de no ser por el agua fría que les tiraron encima.
Las dos chicas se separaron como si la otra tuviera una enfermedad contagiosa y voltearon hacia la dirección de donde provino el agua helada, -Lena con expresión homicida y Kara con el rostro sonrojado- para encontrarse con la profesora Grant sosteniendo un cubo.
—No me miren así —murmuró con expresión resuelta—. Quise evitar un embarazo adolescente.
—¡Pero las dos somos chicas! —Espetó la ojiverde en un tono casi furioso.
—Oh, mi error —respondió la profesora con una sonrisa burlona antes de volver al interior de su residencia.
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𝑺𝒕𝒐𝒍𝒆𝒏 𝒌𝒊𝒔𝒔𝒆𝒔 [𝑺𝒖𝒑𝒆𝒓𝒄𝒐𝒓𝒑]
FanfictionDonde Kara tiene un crush enorme en Lena Luthor, la presidenta del Club de Ajedrez, y busca formas ingeniosas de robarle besos cada vez que se topa con ella. ••• Advierto que el contenido de esta obra puede ser controversial debido al tema en que gi...