𝑻𝒓𝒊𝒈𝒆𝒔𝒊𝒎𝒐 𝒒𝒖𝒊𝒏𝒕𝒐

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Lena miró de un lado a otro en el corredor mientras seguía sentada en las escaleras y dejó salir un suspiro al tiempo que bajaba la cabeza.

Se había topado con Kara varias veces el mismo día durante la última semana, pero la rubia parecía no darse cuenta de que se topaban, o tal vez se daba cuenta pero fingía que no, y era una situación que mantenía a Lena demasiado pensativa últimamente.

Según ella todo iba bien entre ambas -al menos si el sonrojo en las mejillas de Kara cada vez que se besaban era una indicación de ello-, pero parecía que últimamente la chica ucraniana había decidido evitarla y, para su orgullo Luthor y la arrogancia junto con el narcisismo nato que conllevaba un apellido como el suyo, aquella situación era simplemente inconcebible.

Se dijo a sí misma que debía enfrentarla porque no podía quedarse con la duda por siempre, por lo que recogió su bolso del piso, se colocó de pie y caminó con pasos firmes en dirección al taller de música.

Kara estaba presumiblemente afinando una guitarra mientras Dinah Hansen practicaba sus vocals y Diana veía alrededor sin tener mucha idea de nada -de hecho, la presencia de la chica griega allí descolocó a Lena-, y un poco más lejos de allí, Camila y Lauren conversaban en voz baja mientras Ally leía algún libro y Normani revisaba su móvil tirada en el piso.

—¿Kara? —Llamó la ojiverde desde la puerta.

A pesar de haber mencionado únicamente el nombre de su antigua ladrona de besos, siete pares de ojos miraron en su dirección -cinco pares castaños, un par verde y finalmente los esperados iris azules-.

La chica ucraniana tragó saliva de forma visible y Diana hizo una mueca, las chicas de Gay Harmony (o algo así se llamaban según recordaba Lena) dejaron lo que estaban haciendo y se centraron por completo en lo que Kara y Lena estuvieran por hacer.

—¿Sí? —Respondió en un hilo de voz.

—¿Crees poder concederme un momento a solas? —La ojiverde echó un vistazo alrededor y se sonrojó al percatarse de que ninguna chica había dejado de ver en su dirección—. Te espero en el corredor.

Lena se recostó contra el muro más cercano y esperó de forma paciente hasta que la cabellera rubia apareció por la puerta. Kara se veía tímida, de nuevo llevaba las gafas que la ojiverde la había visto usar una que otra vez y un suave sonrojo cubría sus mejillas por alguna cosa que posiblemente le dijeron las chicas en el aula.

—¿Está todo bien? —Cuestionó Lena.

—¿Por qué no lo estaría? —La rubia balbuceó y el sonrojo en sus mejillas escaló de intensidad—. Quiero decir... solo... olvídalo.

—¿Me has estado evitando? —Volvió a preguntar la ojiverde.

Kara encogió un hombro con la mirada puesta en el piso, y Lena frunció el entrecejo porque no tenía idea de lo que estaba sucediendo y odiaba no tener idea de lo que estaba sucediendo.

La ojiverde se acercó a la chica ucraniana con pasos lentos pero seguros, más que nada porque no quería asustarla y solo deseaba tantear el terreno, pero cuando estuvo casi a unos centímetros de distancia, Kara alzó la mirada y le tomó el rostro con firmeza antes de unir sus bocas.

Ese fue su beso número treinta y cinco (no es que Lena estuviera contando) y fue casi como el primero, o al menos lo habría sido de no ser porque la ojiverde dio otro paso al frente hasta que sus torsos se presionaron, y sus labios juguetearon con los de la otra de forma breve antes de alejarse.

—Oh... —Lena exhaló un suspiro sin aliento y saboreó en su boca el inconfundible labial de fresa.

—Sí —Kara se rió con torpeza y se rascó la parte trasera del cuello—. Había querido hacer eso desde hace... bueno, mucho.

—Podrías hacerlo siempre que quisieras —la ojiverde se aclaró la garganta y fingió que no era la gran cosa antes de añadir—: Me preguntaba si te gustaría...

—No.

—¿Qué? ¿Cómo que no? —Lena casi chilló, indignada ante la negativa inmediata—. ¡Acabas de besarme! ¡Y ni siquiera me dejaste terminar de hablar!

—Ya lo sé —Kara rodó los ojos—, pero mi respuesta sigue siendo no. Dijiste que te preguntara en un par de semanas y apenas transcurrió una, así que... —se encogió de hombros y esbozó una sonrisa—. Te veré por allí, Luthor.

𝑺𝒕𝒐𝒍𝒆𝒏 𝒌𝒊𝒔𝒔𝒆𝒔 [𝑺𝒖𝒑𝒆𝒓𝒄𝒐𝒓𝒑]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora