Tienes la sonrisa más linda de todas, y la manera en que se forman los hoyuelos en tus mejillas cada vez que sonríes, hace que mi corazón se acelere y sienta que voy a desmayarme.
-El.
—¿El? —Cuestionó Samantha, quien estaba leyendo la nota por encima del hombro de su amiga—. ¿El ser humano más idiota del universo, que prefiere andar tirando a su crush en lugar de presentarse ante ella como una persona normal?
Diana, que estaba buscando el libro para su próxima clase, dejó salir un resoplido de risa y la ojiverde rodó los ojos antes de darle un pequeño empujón en el hombro a Samantha.
—No seas molesta.
—No, pero de verdad. ¿El? ¿El qué?
—¿El amor de tu vida? —Ofreció la chica griega apenas conteniendo la risa—. Si es así, es cómico porque está a casi nada de ser verdad.
—En serio las detesto —se quejó Lena al tiempo que guardaba en su bolsillo la nota que encontró en su casillero—. Tengo hora libre, así que iré a la biblioteca, ¿de acuerdo? Nos vemos más tarde.
Diana y Samantha mostraron su acuerdo con un murmullo al tiempo que la ojiverde emprendía camino hacia el lado opuesto al que sus amigas tomaron, en dirección a la biblioteca del segundo piso.
Sin embargo, alguien la tomó por la muñeca cuando pasaba frente al pequeño cuarto del conserje, y ese alguien también tiró de ella para meterla allí dentro y acorralarla contra la pared.
La ojiverde no podía ver a su atacante debido a la oscuridad que inundaba la pequeña estancia, pero apenas los labios cálidos con sabor a fresa buscaron los suyos y el olor a frutos rojos llegó a su nariz, supo que se trataba de la misma chica que venía acorralándola desde la semana anterior, y por primera vez, Lena se atrevió a tomarla de las mejillas para mantener sus labios unidos por más tiempo, pero de forma inevitable la ladrona de besos se alejó.
—Hoy te toca educación física y no quise dejarte caer sobre tu culo una vez más —murmuró la chica contra sus labios, y Lena pudo sentir que esbozaba una sonrisa—. Ah, por cierto, lo lamento.
—¿Qué cosa? —Cuestionó la ojiverde.
Lo que obtuvo como respuesta fue que la chica le colocó un beanie de lana en la cabeza y lo bajó de tal modo que le cubrió los ojos. Lena se lo quitó de un tirón, pero aunque la puerta del cuarto del conserje estaba abierta, para ese momento solo pudo escuchar los pasos apresurados de la rubia alejándose por el corredor.
El beanie olía a frutos rojos.
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𝑺𝒕𝒐𝒍𝒆𝒏 𝒌𝒊𝒔𝒔𝒆𝒔 [𝑺𝒖𝒑𝒆𝒓𝒄𝒐𝒓𝒑]
FanfictionDonde Kara tiene un crush enorme en Lena Luthor, la presidenta del Club de Ajedrez, y busca formas ingeniosas de robarle besos cada vez que se topa con ella. ••• Advierto que el contenido de esta obra puede ser controversial debido al tema en que gi...
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