Prima

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Perdón cualquier error :c





-Het, Het, Het, México fue contratado única y exclusivamente para ser mi asistente y para nada más, no ejercerá trabajos ajenos a ese, esta en su contrato, además mi padre no va a estar de acuerdo con la participación de alguien ajeno al grupo de modelos -


El nipón rápidamente saca su dispositivo móvil para luego teclear algo y posteriormente colocarlo frente a él, un audio con la voz tranquila pero firme de URSS se puede escuchar.


-Pon a quien tú desees como modelo, Japón confío realmente en ti, eres bastante capaz de instruir a quien sea rápidamente. Como siempre mi confianza está en ti y en Grecia e Italia. Si llegas a tener alguna queja por tu elección, dímelo y yo mismo me haré cargo de hablar con quien de una negativa. -

El audio finaliza y Japón mueve una de sus orejitas a la vez que guarda su celular en la bolsa de su pantalón, Rusia por su parte frunce el ceño, entiende perfectamente la confianza que su padre le tiene al asiático,él también la tiene pues jamás ha fallado en una elección de modelos, y sus presentaciones siempre son espectaculares y por de mas maravillosas ¿Pero porque tenía que elegir a México? Habiendo tantos omegas, obviamente ninguno tan hermoso como el latino, al menos para el ruso. No dudaba de las capacidades de ninguno de los dos pero si era honesto con él mismo, le daban celos e incluso miedo de pensar que algunos alfas verían al México en lencería, y tal vez podría llamar la atención de alguien más, peor aún, de un pervertido, debería contratar un servicio de seguridad que se encargará exclusivamente de la protección del latino tricolor, y obvio serían puros omegas. Su mirada fue a dar al pequeño hispano, se le veía muy tranquilo, de verdad no parecía molestarle modelar los conjuntos de Japón. Resignado suspiró, ya no podía hacer nada.

-Entonces estas seguro de querer modelar la lencería de la marca de Japón? -

-Claro, no le veo nada de malo en modelar la...... Awuanta ¿Que? ¿Lencería? Japón, jamás dijiste que era lencería -

Inconscientemente México se abraza así mismo como si intentara proteger su cuerpo de la vista de los demás, un sonrojo se extiende por sus mejillas mientras niega ligeramente. Rusia le dedicó una mirada molesta a Japón, el bicolor únicamente sube y baja sus hombros sin poder evitar que una sonrisa nerviosa se dibuje en sus labios.

-Se me olvidó añadir ese pequeñísimo detalle sin importancia, además México - San ya me dio su palabra -

-Het, tú no le aclaraste desde un principio que iba a modelar lencería, independientemente de eso, él estará ocupado conmigo y no tendrá tiempo. Me sorprende que tengas que recurrir a la mentira para obtener algo, Japón, eso me decepciona mucho de ti, siempre eres alguien muy honesto. Vamos, México -

El japonés baja sus orejitas mientras sus ojos se cristalizan, era verdad, él jamás hacía ese tipo de acciones, pero sabía muy bien que él latino no hubiera aceptado si le decía la verdad, o tal vez si. En ese momento se odiaba, había engañado descaradamente a alguien que le entregó su confianza sin dudar. Ya un par de lágrimas estaban comenzando a rodar por sus mejillas. Rusia miraba al asiático aún con molestia, creía que sólo era un chantaje más, pero México vio la angustia en el otro omega. El Sovietico estaba por llevarse al latino, pero este se zafó delicadamente del agarre el mayor para acercarse al nipón. A pesar de que el diseñador no fue totalmente honesto, él ya le había prometido que le ayudaría, además se veía que de verdad Japón quería su ayuda. Ya se podría arrepentir otro día.


-Si te ayudaré, Japón, pero por favor, para la próxima se honesto conmigo -


Japón y Rusia voltean a ver rápidamente al mexicano de forma incrédula, el primer mencionado agita su cabeza en positivo mientras limpia las lágrimas de su rostro, el deseo de interferir se apodera del alfa ¿pero con qué derecho lo haría? Solo le queda rezar por que el pequeño Omega no cautive a nadie más.

Destinos Entrelazados Donde viven las historias. Descúbrelo ahora