Rusia observa con terror como una motocicleta de tamaño mediano va hacia su hija a toda velocidad, más no importa lo rápido que corra o las señales desesperadas que le hace Alemania, el conductor no logra frenar a tiempo. Amerus para en seco viendo como ese vehículo Iba hacia ella y estaba a nada de impactarla, por unos momentos siente como si el tiempo se hubiera detenido , puede ver el terror en los rostros de su padre y tío, la preocupación en su amiga que parece llorar de forma desesperada. La de ushaka solo suspira, de pronto siente una mano es su hombro, al girar puede ver el rostro sonriente de su madre que la mira con mucho amor, ya no lo recuerda pues ella era una bebé cuando él murió, pero Rusia siempre le muestra fotos del americano. Si su momento llegó, no opondrá resistencia. Cierra los ojitos esperando lo peor. Amerus de pronto ve todo oscuro, pero extrañamente no experimenta ningún dolor a pesar que pudo sentir como salió volando a varios metros, sentía una sensación cálida y mucha paz ¿Acaso estaba en el cielo? Por su parte el Sovietico llega corriendo hasta donde se supone debería estar su pequeña, pero en lugar de encontrarla a ella, se topa con unas hermosas alas cafés formando un capullo de protección, las cuales poco a poco se comenzaron a abrir mostrando así a Amerus abrazada por el mexicano de manera protectora mientras la pega a su pecho. Gracias al cielo ninguno de los dos parecía heridos, la primera en reaccionar fue Polemcy.
-¡Amerus! ¿Estas bien? -
Pregunta con verdadera angustia mientras se acerca junto a su padre a los que aún yacen en el suelo, Rusia y Alemania ayudan al mexicano a ponerse de pie ¿Acaso todos sus encuentros con esa menor serán fatídicos? La de ushaka comienza a hipear y a temblar de miedo. De forma cariñosa, el mexicano da leves caricias a la espalda de la menor a modo de consuelo.
-¿te hiciste daño, chamaca? -
La pequeña niega y alza la mirada inundada en lágrimas, es entonces que cae en cuenta de su acción tan imprudente. Los compañeros de México llegan a lugar rápidamente atraídos por todo el escándalo que se formó. Preguntándole tanto al latino como a la menor si están bien. Chile es el que se muestra más preocupado junto con Colombia y Brasil.
El de escudo de águila muestra una sonrisa que los tranquiliza a todos, y tras unos minutos y por petición del más bajito, todos a excepción del chileno regresan a la estación, la cual quedó sin supervisión.
México mira a un costado de el y rápidamente entrega a la pequeña con su padre, corre hacia el pobre motociclista que yace aún en el suelo rodeado por gente chismosa y una que otra que verdaderamente desea ayudar.
-amigo ¿estas bien? -
El hombre asiente mientras acaricia su cabeza, se encuentra un poco aturdido, pero fuera de eso, parece estar bien. Todo gracias a que porta casco y protecciones, aunque su moto no corrió con la misma suerte, la cual estaba totalmente abollada de enfrente.
-¡diablos! Mi jefe me va a matar -
Comenta el pobre chico con un tono de voz preocupada y desanimada. México no puede evitar sentir pena, está a punto de hablar para hacerse cargo de los gatos, pero la gruesa voz del Sovietico lo silencio al instante.
-yo me haré cargo de los gastos que sean necesarios, de la reparación de tu vehículo, o reposición del mismo y del médico y tratamiento en caso de ser necesario.
Pinches ricos, piensa el joven, pero bueno, al menos no tendrá problemas con su jefe que era lo que realmente le preocupaba. Tras unos minutos, una ambulancia llegó al lugar seguida de una patrulla y un tránsito, el cual reconoce al eslavo, y al saber lo influyente que es, decide hacerse de la vista gorda, no sin antes dar un par de indicaciones de seguridad para que esa situación no se repita. México y Amerus son revisados y por suerte están en perfectas condiciones, las alas del omega los protegieron bien y parecen no estar lastimadas, más el chico y su motocicleta son llevados de allí, no sin antes recibir una tarjeta de presentación por parte de Rusia. Al ver que su presencia ya no era requerida, Alemania junto a su pequeña se retiran del lugar. Amerus es un mar de lágrimas aún, de vez en cuando da pequeños hipidos mientras se aferra al cuello de su padre, sabía muy bien que había hecho mal al correr sin precaución por la calle. Y sabía también que estaba en problemas.
México veía con compasión y ternura a la menor, hasta que una idea cruzó su cabeza haciéndolo sonreír.
-dele un bolillito para el susto -
-¿disculpa? -
-a su hija, dele un bolillito para que se le pase el
Susto. Mi mamá me daba bolillo cuando era niño y me asustaba feo. Vengan conmigo. -
Comenta alegremente El mexicano mientras comienza a caminar seguido por el ruso y el chileno, Chile le explica las mágicas propiedades curativas que posee el bolillo al soviético. El cual parece realmente intrigado , pero aún así sigue a los latinos no muy convencido. Rusia daba un pequeño regaño a su hija de como no sólo puso su vida en peligro, si no también la de México y el motociclista, que gracias al cielo estaba bien. México entra corriendo a la estación, a un pequeño cuarto que el eslavo supone debe ser la cocina
Ya dentro del lugar, el chileno se inclina a la altura de la menor y le muestra una sonrisa amable a la infante, la cual limpia sus lágrimas con las mangas de su suéter.
-A ver Wawa ¿cuéntanos que pasó? -
-y, yo solo….
Es que vi al señor México lavando su bonito camión y quise ir al saludarlo, me emocione tanto que realmente no me fije y solo cruce la calle-
.la pequeña hace una pausa, no sabe si contar lo que vio,seguramente nadie le iba a creer, tras pensarlo un poco se niega mentalmente y continúa su monólogo.
Pero el señor México fue realmente veloz y logró protegerme con sus alas, yo me sentía tan cálida que realmente no deseaba separarme de él, es como cuando daddy me abraza.
Esto último lo dice sin realmente pensarlo enterneciendo al ruso, pero su expresión severa no se modifica ni un poco. Solo da un suspiro de alivio al saber que eso no acabó en tragedia. Chile por su parte se sorprende un poco al saber que México liberó sus alas, ya que según el latino verde, blanco y rojo, sus alas están dañadas y son relativamente inútiles, además de que siempre que las deja salir debe hacer un gran gasto de energía. Por eso siempre las mantiene ocultas.
-aquí está un bolillito calentito y con azúcar y mantequilla pal susto -
Comenta animadamente México mientras entrega las piezas de pan a los soviéticos, los cuales lo reciben dando las gracias. Al principio Rusia se quiere negar, pero le parece una falta de respeto ante la amabilidad del latino, además de que esa sonrisa tierna lo termina de convencer. El más alto siente como su corazón late como loco, mientras sus mejillas se sienten cálidas . Supone que se debe al susto que acaba de pasar hace unos minutos. Prueba al igual que Amerus ese curioso mollete (pan con mantequilla) y se deleitaron con su sabor, tenía la cantidad exacta de azúcar y mantequilla, además de que era suave por dentro y dorado por fuera, sencillamente delicioso. La pequeña fue la primera en terminar lo que para ella era el mejor pan que había probado en toda su vida. Rusia en cambio lo disfrutaba tranquilamente.
Chile sólo sonríe y sin saber por qué, decide irse de allí, no sin antes despedirse de manera amable de los invitados, los cuales imitan el gesto. Padre e hija ya parecen más tranquilos.
México nuevamente acaricia la cabeza de la niña para después incarse frente a ella mientras pone un rostro serio, pero sin dejar de ser gentil.
-a ver, chiquita ¿porque cruzaste la calle como burro sin mecate? Recuerda siempre ver a ambos lados ante de cruzar y preferentemente hazlo agarrada de la mano de un adulto de confianza -
Explica el latino como madre regañona, todo bajo la atenta y divertida mirada del ruso. Amerus sólo baja la mirada mientras forma pequeños círculos con su pie. Ambos adultos dan un grito interno por lo adorable de la pequeña, pero por fuera no cambian su expresión de falsa severidad. El Sovietico piensa que el mexicano será una buena “madre “ en el futuro, eso si no lo es ya, porque claro que Rusia noto que México es un omega. De alguna manera le hacía feliz al ver como su hija recibía afecto de parte de alguien más, cosa que a la vez se le hacía raro, ya que él era muy celoso con su amada bebé. Sin darse cuenta, el de ushaka se perdió en la hermosa mirada bicolor del latino, la cual tenía un brillo que lo cautivo. Pero había algo en esos ojos que le parecían conocidos, pero no sabía de dónde.
“chiquita” esa palabra le parecía conocida, pero no recordaba muy bien donde la había escuchado ¿Acaso su cerebro estaba bloqueado recuerdos del pasado? No lo sabía, pero de lo que sí estaba seguro era de que eso le aterraba y mucho.
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Destinos Entrelazados
FanfictionTras perder a su esposo América, Rusia se dedica en cuerpo y alma a criar a su hija, Amerus. Él tiene el firme pensamiento de que nunca jamás se volverá a enamorar. Pero todo cambia un fatídico día que por poco pierde a su hija. El eslavo "conocerá...