Psicópata

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Como siempre perdón por cualquier error







Cuál gatito asustado y tras girarse velozmente, Japón da un gran salto hacia atrás en el momento en que su hermano mayor estuvo a punto de apuñalarlo ¡Su hermano está más que loco! Y esa sonrisa de oreja a oreja se lo confirmó. 

Por un momento la atención del omega va a dar a ese cuchillo que por poco le quita la vida, y un escalofrío recorre su ser, pues con claridad puede ver que esta goteando un poco de sangre de esa arma blanca, por lo que de manera automática, Japón baja su mirada para poder inspeccionar su propio cuerpo, viendo que tiene un corte bastante profundo que va desde su hombro y que llega un poco arriba de la cintura. Su suéter rosita fue rasgado como papel y ya está manchado de rojo gracias a su sangre. 




-Eres un jodido enfermo… - 




-Y tú eres un gatito muy entrometido, debi educarte mejor, a no meterte donde no te llaman. De verdad lamento que las cosas terminen así, hermanito - 




Una vez más, el chino se lanza en contra del nipón, quien totalmente aterrado corre con rumbo a la puerta, sin embargo, tal parece que su suerte lo abandonó, pues su pie se atora en el borde de la alfombra provocando su estrepitosa caída al suelo. Tal descuido es aprovechado por el de cinco estrellas, quien rápidamente tomó al menor del tobillo en un intento de encajar el cuchillo en uno de los muslos ajenos, pero un fuerte golpe en su rostro se lo impide, Japón le ha propinado una patada a su hermano, la cual la hace retroceder mientras da un quejido de dolor. 

Una vez más la furia invade al alfa, Japón había pensado en enfrentar al mayor, pero eso sería un acto por de más suicida, así que lo mejor que se le pudo ocurrir, fue ir con rumbo a su habitación y encerrarse, pues China se estaba recuperando de la agresión, y no se veía para nada feliz. 




Dando grandes zancadas el nipón llegó hasta el lugar que él esperaba le salvará la vida. Correr a que sus vecinos lo ayudarán en definitiva no era una opción, pues lo más probable es que nadie lo hiciera, o tal vez tardarían en abrir, e intentar llegar a su automóvil era un gran riesgo, puesto que China era muy veloz, y le podía dar alcance sin problemas. 

A la puerta se le colocaron los seguros de manera adecuada, sin embargo, el japonés retrocede con gran temor al escuchar como en la puerta es depositada una fuerte patada que simbra el objeto, afortunadamente es de muy buena madera, pero en definitiva no va a resistir mucho ¡Ojala algún vecino llame a la policía por lo menos! 

El omega sale de su trance al escuchar como alguien lo llama con angustia, es entonces que cae en cuenta de que aún sujeta su celular, y de que no finalizó la llamada con el italiano, por lo que totalmente tembloroso lleva el aparato móvil hasta su oído. 



-Italia…. San-



-¡Japón, por Dios! ¿Estás bien? Resiste, Rusia ya va en camino. - 



Un casi sepulcral silencio se deja escuchar al otro lado de la línea, Italia sólo puede detectar la respiración del nipón que de a poco se comienza a relajar, como si esperará lo inevitable. 

Japón estaba sentado en posición fetal en un rincón de su recámara, su atención fue a dar a su ventana, la cual contaba con un preciosa protección de flores de cereza de hierro, por lo que escapar por allí no era una opción. Más golpes se dejaron escuchar en la puerta, la cual fue ligeramente rota.  De manera casi desesperada, el asiático miraba de un lado a otro en busca de una escapatoria, la cual lamentablemente no había. 

-Italia-San ¿Me puedes cantar algo? Tu voz siempre logra relajarme mucho. - 

Por alguna extraña razón, la petición de Japón alarma al europeo, el cual comienza a sollozar mientras es abrazado por México, quien al igual que el primer nombrado también es un mar de lágrimas por la importancia que experimenta en esos momentos. 






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