El lunes llegó más lento de lo que Rusia hubiera deseado, por primera vez, el fin de semana se le hizo eterno, pero no se quejaba ya que lo había pasado en su totalidad con Amerus, además de que Canadá estuvo ausente a causa de su trabajo, o al menos eso dijo él, la verdad era que no le importaba.
Una vez su amada princesa fue dejada en su colegio, emprendió su viaje rumbo a su oficina, no sin antes jurar por “el meñique “ a su hija, que no olvidaría entregar al señor alpacornio lo antes posible a México.
El eslavo llegó a su oficina e ingresó saludando a todos los que se cruzaban en su camino de manera amable. Algunos de sus empleados notaron a su jefe mucho más alegre de lo normal, incluso sonriente. Y no es que Rusia fuera un tirano dictador, pero siempre se mostraba serio y firme. Aún así esa nueva actitud del CEO no molesto a nadie
-Rusia - Sama, buenos días, se te ve bastante alegre hoy ¿paso algo bueno? Que kawaii peluche ¿Es para Amerus-Chan? -
-¿Eh? Japón, Buenos días -
Rasca con pena su nuca mientras carga el pequeño peluche entre sus manos, por orden de Amerus, el pequeño animalito de felpa no podía quedarse solo ya que le daba miedo,según palabra de la infante, así que Rusia como buen padre consentidor obedeció a su hija sin importarle las miradas curiosas de los empleados
-Het, en realidad era de ella, pero se lo regalo a un amigo y yo debo entregarlo más tarde -.
El nipon sonrió suavemente, su jefe y gran amigo ruso era un excelente padre ante sus ojos, y ante los ojos de muchos. Pero había algo que le intrigaba de buena manera al asiático, la mirada de Rusia se veía con un brillo particular, incluso su aura se sentía cálida. La curiosidad lo mataba, pero prefería no meterse en la vida del de ushaka. Si algo bueno le pasaba y Rusia lo deseaba compartir, lo haría. Ya los dos estaban en la sala de juntas esperando la llegada de los inversionistas de la empresa y los hermanos del más alto, pero para “mala suerte “ de ambos el primero en arribar fue Italia, el cual apenas vio el peluche sonríe en grande y apresuró el paso hasta estar al lado del dueño de sus suspiros.
-oh Rusia ¿ese caballito de peluche es para mí?-
Comenta el europeo mientras intenta tomar el pequeño juguete, lo cual le resulta imposible ya que el Sovietico lo aleja discretamente de él tricolor. Por tal acción, Italia frunce el ceño mientras se cruza de brazos, todo bajo la divertida mirada de Japón.
-Es un regalo que mi hija le manda a un amigo, más tarde debo de irlo a entregar. -
-oh perfecto, me avisas a qué hora iremos para dejar todos mis pendientes arreglados. Así aprovecho y te muestro el nuevo diseño de algunos trajes que estoy preparando para la próxima colección. Además me gustaría pedirte que fueras la musa de mi trabajo principal, ya que será especialmente realizado para alfas altos y musculosos como tú -
Comenta seductor el europeo mientras acaricia suavemente los hombros del más alto, el cual se muestra verdaderamente incómodo. Japón mira con pena la casi violacion al espacio personal del Sovietico, así que decide interferir.
-no creo que el CEO de una empresa tenga tiempo para ser musa de nadie, Italia -San, si lo desea le puedo pedir a mi onii-sama que sea tu modelo, ya que también es un alfa y es algo músculos y atractivo. Rusia -Sama tiene mejores cosas que hacer, cómo entregar ese lindo peluche a su nuevo dueño ¿verdad? -
El italiano se muestra totalmente ofendido por la intervención de su colega, sin disimular un poco su molestia, rueda los ojos y se sienta en su lugar el cual “extrañamente” no está al lado de Rusia, está por reclamar pero los hermanos del CEO y los inversionistas ingresan al lugar. La junta de hoy será sencilla, solo hablarán de la contratación de nuevos modelos para Japón e Italia.
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Destinos Entrelazados
Fiksi PenggemarTras perder a su esposo América, Rusia se dedica en cuerpo y alma a criar a su hija, Amerus. Él tiene el firme pensamiento de que nunca jamás se volverá a enamorar. Pero todo cambia un fatídico día que por poco pierde a su hija. El eslavo "conocerá...