Una visita Dolorosa

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-¡Папа! -

El grito desesperado de su pequeña hizo dar un gran brinco al Sovietico, por lo que dejó de hacer el desayuno para poder ir al encuentro de la infante, la cual venía cargando un peluche entre sus brazos. El mayor pudo mirar la angustia en los azules ojitos de Amerus, así que  apresuró su paso, y una vez la tuvo enfrente, se inclinó lo más que pudo para quedar a la altura de su hija y así poder ver más a detalle si tenía alguna herida o se veía enferma.

-¿Estás bien?¿Te hiciste daño? -

-¿Daño? Het….., estoy bien, pero ¡mira! -

La infante le mostró a su progenitor la pequeña alpaca de peluche, el de ushaka mira sin comprender lo que su hija quiere decir, lo que sí puede ver es que la pobre tiene sus ojos cristalizados, como si estuviera a punto de llorar, eso alerta más al adulto. Sabe que cuando la niña llora, no hay poder divino que la pueda calmar. Rusia carga a la niña, la cual oculta un poco su rostro en el juguete de felpa ya dando pequeños hipidos.

-¿Qué ocurrió? Cuéntale todo a Папа y veré como ayudarte mi bebé -

-ayer que vinieron mamá…. Digo el señor México y Bolivia de visita, a Boli yo le regale esta alpacornio en honor a nuestra nueva amistad, pero se le olvido ¡Y miralo! El señor alpacornio de verdad lo extraña mucho, Папа

La voz de Amerus suena ya quebrada mientras le extiende el peluche a su padre, Rusia sonreía lleno de ternura, Amerus había heredado ese carácter noble del americano, él fue una persona que gustaba de hacer actos altruistas.

Una idea llegó al Sovietico, por lo que sonrió enormemente captando la atención de la menor.

-¿Qué te parece si el lunes voy con el señor México y le entregó al señor alpacornio a él en tu nombre. Le puedo decir que se lo entregue a Bolivia de favor? Después de dejarte en la escuela tengo unos asuntos en un banco cercano y puedo darme una escapada para pasar por su estación ¿ Que opinas? -

Amerus mira a su padre con los ojitos bien abiertos mientras brillaban en ilusión, ese “darme una escapada “ que dijo su padre, le recordó a los príncipes que escapaban de algún calabozo para así poder ir a rescatar a su amada princesa, y claro que la princesa era México, y la bruja malvada y fea el italiano malhumorado que tanto acosaba a su padre. Y sin darse cuenta, su imaginación comenzó a volar, se imaginaba a su padre con una hermosa armadura de oro y plata yendo al rescate de latino, y claro ella como una valiente escudera dispuesta a ayudar. Rusia por su parte miraba curioso a su hija, la pequeña parecía haberse desconectado del mundo. Eso definitivamente también lo había heredado de América.

-¡Da! ¡Da! ¡Da! - - - -, me parece muy buena idea, y por favor saluda a la princesa México de mi parte -

Rusia solo alza una ceja ante las palabras de la pequeña, la cual baja de sus brazo de un salto para después salir corriendo rumbo a su habitación, anunciado que pondrá muy bonito al señor alpacornio. El Sovietico sólo niega divertido, su pequeña tiene una gran imaginación, aunque le inquieta un poco el gran cariño que le está tomando al tricolor con escudo de águila.

Rusia retoma la preparación del desayuno con una gran sonrisa. La idea de poder ver a México lo alegra.

-eso huele bien ¿ que es? -

La voz tranquila del canadiense lo hace girar un poco para poder verlo y darle los buenos días. Pudo notar que el de hoja de maple ya estaba con uno de sus finos trajes puestos, tal vez tenía alguna junta importante de último momento. Aunque la verdad era que no le importaba en lo más mínimo.

-Son vatrushka ¿quieres? Hice bastantes para todos -

-No gracias, debo salir de urgencia. Tal vez coma algunos ya que vuelva, y si es que quedan -

Destinos Entrelazados Donde viven las historias. Descúbrelo ahora