Rival

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Ya saben qwq perdón por cualquier error











Esa noche México la pasó en vela, tan preocupado estaba por que le quitaran a su pequeño hermano que no pudo dormir ni un poco. Era más que obvio que Aymara era responsable de todo esto ¿Quien más? De nuevo comenzó a llorar, ya había perdido la cuenta de las veces que lo había hecho. Más de una ocasión intentó tranquilizarse así mismo, se repetía que tenía un buen trabajo, Bolivia estaba en perfectas condiciones y además no había dejado de estudiar. Tal vez no podía darle todo lo que quería, pero comida, techo y amor no le faltaban. Con los ojos algo hinchados volteo a ver el pequeño reloj que estaba sobre su mesita de noche, formó una mueca de descontento al ver que ya era casi la hora de levantarse, sin mucho ánimo se sentó en la cama y talló su rostro con ambas manos para finalmente ponerse de pie e ir hasta su guardarropas.

Rápidamente decidió lo que se iba a poner, una camisa gris en cuello de tortuga totalmente lisa, un lindo saquito negro estilo sport y finalmente un pantalón también gris fueron su elección. Sin perder más el tiempo ingresó a la ducha, esperaba que el agua tibia pudiera disipar sus preocupaciones,aunque fueran un poco. Alrededor de cinco minutos estuvo sin hacer absolutamente nada, solo se dedicaba a sentir como el líquido mojaba su fino cuerpo destensando sus músculos. Justo cuando comenzó a sentirse en extremo relajado fue que decidió salir de la ducha, pues ya estaba perfectamente enjuagado, tomó una toalla y se secó rápidamente para posteriormente vestirse y colocar el bonito collar que Rusia le había dado, ahora que lo recordaba ¿Dónde quedó su viejo collar? Muy probablemente el soviético lo había tirado a la basura.

Sus pasos lo llevaron hasta la cocina, donde se preparó unos sandwiches para comer más tarde en el trabajo, por el momento no tenía ni ánimo ni apetito, aunque mínimo se tomó un vaso con leche para no ir con “la panza de farol “ mientras bebía su no tan sustancioso desayuno volteo a ver el reloj de pared, era casi la hora de que Rusia fuera por él, por lo que decide ir a darle un último vistazo a su hermanito.

Aún con ese horrible sentimiento de pesar llegó hasta donde Bolivia dormía plácidamente, que envidia le daba su paz, pero envidia de la buena. De manera cariñosa, depositó un suave beso en la frente del menor que lo hizo sonreír y despertar un poco mientras se estiraba feliz.



-¿Ya te vas, hermano? -



-Si, bebo, nos vemos más tarde, cualquier cosa que necesites ve con doña lety o don José, si es muy urgente llama a mi celular, estaré al pendiente de cualquier cosa. Recuerda no dejar pasar a extraños sin importar que te digan que son el papa ¿OK? Y más importante aún, recuerda que te amo -



-Yo también te amo-


Responde aún adormilado pero con una gran sonrisa, con tranquilidad se vuelve a arropa para una vez más caer en brazos de morfeo bajo la amorosa mirada del de escudo de águila“Quién como tú “ es lo único que susurra México antes de abandonar la habitación del menor para así ir a la puerta principal, la cual ya está siendo tocada, muy probablemente por Rusia, así que tomando sus cosas va para poder abrirle a su jefe, los ojos bicolores del omega y los violetas del euroasiático se abren con sorpresa al notar la indumentaria del alfa y el latino, pues iban vestidos exactamente igual, la única diferencia era que la camisa del euroasiático tenía franjas verticales en color blanco. Una ligera risita fue dada por los adultos, parecía ropa de parejas.




-Si nos ponemos de acuerdo no nos vestimos igual… Pero te ves bien -



-¿Solo bien? Tú te ves hermoso, México-



-Guapísimo pues… -

Rusia da un resoplido divertido al ver el bochorno en el rostro del más bajito, por lo que para disipar toma de forma delicada de su mano para así guiarlo hasta su automóvil, esta vez de nuevo trae el mismo que condujo para su cita. De manera silenciosa inician su viaje rumbo a la casa de modas, el ruso se extraña de que México no hable gran parte del viaje, supone que quizás aún se está intentando acoplar a su nueva rutina. Pero en un momento de máxima curiosidad, el de ushanka voltea a ver al hispano, puede notar su rostro ligeramente angustiado y sus bonitos ojos algo rojos, parece que ha estado llorando ¿O está alucinando? intentando no distraerse del camino desea descifrar qué le pasa a su pequeño que se encuentra inmerso en sus pensamientos mientras mira por la ventana.

Destinos Entrelazados Donde viven las historias. Descúbrelo ahora