3. Mi propia venganza (I)

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Tras una tragedia, surge un abismo de sentimientos encontrados difíciles de entender y gestionar

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Tras una tragedia, surge un abismo de sentimientos encontrados difíciles de entender y gestionar.


El primer sentimiento y el que se arraiga a tu ser es el dolor. El dolor por la pérdida y la tragedia.

Este sentimiento lo conozco muy bien, pues convive conmigo desde hace mucho tiempo. 


También se encuentra la confusión, aquella que te permite disipar ese dolor y te brinda la posibilidad de cavilar y pensar de forma clara, aunque sea por unos instantes. 

Después, todo vuelve a ser dolor. Todo vuelve a ser oscuro.


Por otro lado, está la venganza.

Esa brújula moral que aparece cuando el dolor es tan fuerte y nos sentimos lo suficientemente humillados que recurrimos a ella con desesperación.

 Con sus agujas imaginamos las formas, los colores y las texturas de una venganza que no tiene dirección.

La venganza es el impulso más humano; la catarsis del odio en la cual adquirimos la misma calidad moral de quien nos causó el daño original. 

La venganza no es más que una forma de compensación individual por la que un individuo se cobra el mal sufrido con un mal lleno de rabia e insensatez. Esta forma de pago se convierte en un valor justo, pues solo busca un bien y ese bien es simplemente la búsqueda de la justicia, de tu propia justicia.

La venganza es solo aquella justicia libre y particular cegada con la falta de raciocinio y llena de un veneno que puede volverse en tu contra en cualquier momento. 

Pero te ciega y te nubla al igual que ocurre con el dolor.

No es más que un lucha a capas y espadas. Un duelo que espera su próximo vencedor.


Personalmente, yo no busco nada de eso. Tristemente, no puedo buscar venganza. El dolor es tan fuerte que ni tan siquiera me deja pensar con claridad para buscar un culpable.


Pero no.

No se trataba del dolor.

Yo sabía quién era el culpable.

Porque el único culpable de esta tragedia lo tenía delante de mí.

Si.

Desde el primer momento lo supe y desde el primer momento cobré mi propia venganza. 

El culpable era yo. 

Solo yo. 

Perdedor y vencedor a partes iguales. 

Mi propia venganza. 


Benjamín Rojas






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⫷Resurrección⫸ {Saga Vivir o Morir}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora