⫷Resurrección⫸ {Saga Vivir o Morir}

43. Perú (I)

El avión aterriza a las 19 horas en el Aeropuerto Internacional Jorge Chávez. Habíamos pasado la mañana de Santiago despidiéndonos de la gran ciudad dando un paseo por los alrededores del hotel y recibiendo el cariño de todos los fans de Benjamín.

El festival fue una auténtica maravilla. Multitud de artistas invitados se dieron cita en el gran escenario y fue una noche que quedará en el recuerdo. Nunca había disfrutado tanto de un festival. No recuerdo haber gritado a pleno pulmón todas las canciones y saltar como si no hubiese un mañana, y ayer lo hice y me lo pasé de muerte. La compañía de Estela fue muy buena y las dos disfrutamos como unas niñas pequeñas. Además, hicimos muy buenas migas con los familiares de varios artistas invitados.

Pero lo mejor de la noche fue, sin duda, disfrutar por primera vez las canciones de Benjamín y verlo por primera vez en el escenario. No sé como llegar a explicarlo, pero sentí muchísimo orgullo de verlo disfrutar de lo que verdaderamente ama que es la música. Canto un medley de cinco canciones de su último disco. La gente coreaba las letras y los chillidos se ahogaban por el bajo y la guitarra eléctrica. Benjamín es pura adrenalina en el escenario. Se entregó junto a su equipo de músicos a su público y dejó una huella para el recuerdo de este gran festival.

Era absolutamente que esta mañana, al despertar, los noticieros solo hablasen de la jornada de ayer en el festival de Viña del Mar y que su nombre se pronunciara como uno de los artistas con más influencia y calidad en directo. Todo el equipo de Benjamín estaba eufórico por el buen comienzo de esta gira. Benjamín les restaba importancia a los comentarios, aunque yo sabía que por dentro daba saltitos de emoción.

El vuelo a Lima, nuestro siguiente destino, lo tomamos un rato después de almorzar. Nos llevó unas tres horas largas de vuelo hasta llegar a la capital de Perú. Será por el cansancio o el cúmulo de emoción que acabamos todos dormidos durante el viaje, excepto Benjamín que no pegó ojo y bien que le pedí (casi le ordené) para que así lo hiciera. No entiendo mucho del tema, pero sé que el descanso es muy importante para la voz. Solía decirlo mi padre, y solo se trataba de un cantante de una pequeña banda que hacia conciertos en pubs sin pena ni gloria, pero siempre recuerdo a mi madre darle un vaso de leche y miel justamente cuando llegaba de alguno de sus conciertos. A mi padre no le gustaba la miel, pero no era capaz de negarse a mi madre. Lo tenía totalmente encandilado y él solo pensaba hacerla feliz costase lo que costase.

Benjamín me recuerda un poco a él y no por el carácter. Mi padre era muy bondadoso y servicial (creo que en eso me parezco un poco), pero si que me recuerda el trato que mi padre tenía con mi madre. Él solo tenía ojos para ella, la miraba con devoción, como si mi madre fuese la única persona en el mundo. A veces, me siento así. Benjamín me mira igual que mi padre miraba a mi madre. Se preocupa por mí y se interesa porque no me falta absolutamente nada.

- ¿Estas bien? – dice cuándo vamos en dirección a la parada de taxis del aeropuerto.

Pero creo que se pasa un poco con la preocupación, o eso me hace pensar. Está demasiado atento a mí, demasiado extremista y suspicaz. Sé que no debo preocuparme, que tal vez se trate del cúmulo de asuntos que conlleva hacer una gira en distintos países, pero no puedo despegarme de la sensación de que algo no va bien. No quiero pensar en que esté ocultándome algo, algo importante. Esa etapa de inseguridades y desconfianza ya pasó. Estamos conectados y a una. Somos un equipo como siempre hemos dicho. Nos lo decimos todo y no voy a ser la primera en ponerlo en duda. Le debo mucho a Benjamín, estoy en deuda con él. Lo único que puedo hacer es confiar solamente eso.

- Sí, solo cansada del viaje.

Benjamín cambia el gesto de su cara.

- En cuanto lleguemos al hotel pido asistencia médica. – contesta rápidamente. Pone el dorso de su mano en mi frente para comprobar que mi temperatura corporal. – Parece que no tienes fiebre. De todas formas, no está de más que te revisen.