--- Extra Capítulo 32 ---

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Pvo Benjamín

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Pvo Benjamín.

No daba crédito a lo que mis oídos habían escuchado en esa llamada telefónica. Un señor que desconozco afirma que mis sobrinas estaban con él sanas y salvas.

En un primer momento, no supe cómo actuar. Quede totalmente impresionado. Tantos días han pasado, tantas noches en vela, todas las búsquedas donde siempre me acompañaba Coco, tantas reuniones con los agentes policiales... Y ahora, de repente, un señor llamaba a mi celular y me daba la ubicación exacta de mis sobrinas.

No lo puedo creer.

No sabía qué hacer. ¿Le cuento a mi hermana? ¿Le cuento a la policía? Es más, ¿debo creer las palabras de ese señor?

Afortunadamente no estaba solo, Micaela estaba junto a mí cuando recibí la llamada y ella fue testigo de todo lo que paso en tan solo unos segundos que duró aquella llamada.

Micaela tomó las riendas y comenzó a llamar desde su celular a varias personas, la primera Coco. Ella también estaba nerviosa, pero había tomado la situación con mucha mas entereza que yo.

- Te voy a acompañar.

- No, mejor que vayas con mi hermana y Feli...

- Tu hermana está bien con tu mamá y con Octavio. – me dice. – Y Coco en cuanto arregle con la policía también irá a casa de tu hermana.

- Vos no podes exponerte...

- Sé cuidarme – incide. – Ahora lo más importante es llegar a esa dirección y yo te voy a acompañar.

- ¿Y Cami? – pregunto de repente con un nudo en la garganta.

- Se lo contaremos a su debido tiempo – responde con tranquilidad – Vamos.

Agarré las llaves de mi auto y me dirigí junto a Micaela al garaje donde estaba perfectamente aparcado. Antes de abrir la puerta del piloto, Micaela me quitó las llaves con la excusa de que mi cabeza no estaba del todo bien y no quería poner en peligro a su futuro bebé por mi culpa.

Pensé que lo decía en serio, pero pronto relajó mis dudas con una risa. Yo no estaba ni para reír. Siempre había soñado con este momento, pero los días transcurrían y la esperanza de que mis sobrinas estuviesen con vida aminoraban.

Esta llamada había supuesto un cambio drástico en la vida de todos. Una noticia que se nos antojaba lejana e, incluso, imposible y que, gracias a no sé el qué, se había hecho realidad.

Llegamos a la dirección que nos indicó el señor. Las luces de los coches policiales nos daba la pista que ellos había llegando antes que nosotros. Bajamos del coche y llegamos hacia la puerta de casa esa casa. Instintivamente, freno mi caminata y Micaela lo nota, pues se voltea para cuestionarme.

- No puede ser...

- ¿Qué pasa? – se acerca

- Es la casa de... Es la casa de... - no puedo continuar, un nudo enorme se forma en mi garganta. – Martina.

⫷Resurrección⫸ {Saga Vivir o Morir}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora