--- Extra Capítulo 37 ---

41 4 0
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.



Pvo Benjamín

Pasamos toda la noche juntos. A pesar de que la noticia de Micaela pillara de sorpresa a Camila y tras una breve crisis de ansiedad, se calmó lo suficiente y dio su mejor versión para que continuara con su sorpresa por el día de los enamorados.

Admiro a Camila. La admiro porque a pesar de las adversidades encuentra el punto exacto para mantener el equilibrio. Es su propio renacer. Hace unas semanas esto era impensable, había tocado fondo que temía que no encontrase la luz de salida.

Por primera vez, me alegro de haberme equivocado y esta versión de Camila me daba las esperanzas suficientes para pensar que todo es posible y que nuestra relación va a salir a flote tarde o temprano.

La noche avanzó con una cena que nos preparó Rosana a la luz de la chimenea de la cabaña. Hablamos de todo y de nada. A veces, solo nuestras miradas eran más que suficientes para decir todo lo que nuestro corazón quería expresar.

Puedo decir que esa noche quedaría grabada en mi mente junto a la noche de la playa de Miami. Ha sido como volver a conocernos, volver a ser lo que éramos. Una primera cita por segunda vez en nuestras vidas. ¡Qué ilógico era todo, pero qué maravilloso es el amor!

Camila se abrió en cuerpo y alma y plasmó todas sus inseguridades y tanto amor escondido que no pudo salir a la luz por el temor al dolor. Después de mucho tiempo, pasamos la noche juntos. Nos entregamos el uno al otro. Me sentí pleno y lleno de amor.

Lloré incrédulo de lo que nos estaba pasando. Sin duda, era un sueño del que nunca quería despertarme. Por fin, éramos uno.

Los primeros rayos de sol se colaron por la pequeña ventana de la cabaña. Ya no había rastro de las llamas candentes que habían iluminado y calentado la estancia por la noche. En su lugar, solo había cenizas y restos de troncos.

Abrí los ojos con delicadeza y sonreí al ver a Camila abrazada a mí. Dormía plácidamente sin ser consciente que la miraba maravillado. Podía decir que nada de lo que anoche pasó fue un sueño. Fue lo más real que viví en mi vida y eso me llenaba plenamente.

No quería moverme de su lado. Quería permanecer al lado de ella durante una eternidad. Ojalá se paralizase el tiempo. Ojalá no existiese nada más que ella y yo.

Camila se movió de a poco y abrió uno de sus ojos. Me miró y se escondió en mi cuello.

- ¿Cuánto tiempo llevas mirándome? – pregunta sin alzar la mirada. Su voz es ronca debido a su recién despertar.

- Un ratito.

- ¡Qué vergüenza! – se lamenta con una pequeña risa.

- Me fascina verte dormir – le digo. – Me encanta despertar a tu lado.

Ella se atreve a mirarme. Sus ojos oscuros brillan con intensidad. Estira su cuello y me da un dulce beso en los labios.

- A mí también – admite con una sonrisa. – Aunque... - estira su brazo para alcanzar mi móvil. – Es demasiado tarde.

Me enseña la pantalla del celular. Tengo como cinco llamadas de Nacho, dos de Rodríguez y tres del pesado de Coco.

- ¿Por qué te llama Rodríguez?

Camila es inteligente y sé que las llamadas del inspector no pasarían desapercibidas para ella. Busco mi ropa, que está tirada alrededor nuestra, y comienzo a vestirme. Ella también hace lo mismo, aunque espera una respuesta por mi parte.

- Rodríguez me tiene informado sobre el caso de Mariano.

Camila me mira temerosa. Me acerco a ella y la abrazo.

- No te va a pasar nada. Ni a ti ni a la familia. Me estoy encargando de ello...

- Mariano es peligroso – responde de manera hermética. – He sido testigo de lo que es capaz de hacer. Mira cómo ha acabado Martina...

- Lo sé, pero a ti no te va a pasar nada. No lo voy a permitir.

Camila se separa y me mira de forma intensa. Cuando lo hace, es porque quiere comprobar que no hay segundas intenciones. No quiero mentirle, pero esto tengo que solucionarlo. Es necesario para vivir en paz.

- Benjamín prométeme que no harás nada que te ponga en peligro – me suplica. – No soportaría perder a nadie más y menos a vos.

La súplica en los ojos de Camila se clava en mí a bocajarro, tanto que me parece apabullante por un momento. Debo recomponerme y no mostrar ningún desequilibrio.

Solo lo hago por el bien de todos. Nos merecemos ser felices.

- Te lo prometo – digo con un atisbo de miedo que no logra descifrar Camila.

O eso quiero pensar.


⫷Resurrección⫸ {Saga Vivir o Morir}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora