Paso a paso... (II)

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- ¿Por qué te automedicaste, Camila?

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- ¿Por qué te automedicaste, Camila?

Miro mis dedos. Jugueteo con ellos como una forma de canalizar mis inseguridades y miedos. La estancia de un blanco inmaculado y decorado con un mobiliario claro ayudan a mantener un ambiente de paz.

No es la primera sesión de terapia a la que me enfrento. Han pasado varias semanas desde que tomé la decisión de dar un paso al frente, a pesar de lo doloroso que pudiese ser este camino que he elegido.

Puede ser que Mora ayudara. Puede ser que sus palabras eran más que simples palabras. Escuchaba a una madre. A mi madre. En ese momento fue cuando mi cabeza hizo clic y decidí dar un paso adelante. Por primera vez, en mucho tiempo, miré los ojos de Benjamín no desde el dolor, sino desde el corazón. Y él también supo que algo había cambiado en mí.

- Por debilidad. – contesto. La psicóloga me mira paciente. – Las pastillas me ayudaban a no estar triste. El dolor, la tristeza y la inseguridad desaparecían. No sentía absolutamente nada. Creía que de esa forma, volvería a ser yo.

- Y, ¿cómo te sientes ahora?

- Débil, sigo siendo débil. – admito con lágrimas en los ojos. – Las heridas duelen, al igual que las ausencias.

- Las heridas siempre van a estar ahí Camila – contesta la psicóloga. – Pero, algún día dolerán menos; cicatrizarán. Y en ese instante, volverás a reír, a amar y, sobre todo, volverás a vivir.

- ¿Cuándo ocurrirá? – mi tono de voz es desesperado.

- Solo cuando estés preparada y te des la oportunidad de dar un paso más.

- ¿Cómo hago desaparecer esto que siento?

- Rodeándote de aquello que te haga bien, que te permita mitigar ese vacío o simplemente que complemente y te haga sentir mínimamente bien. – responde. - ¿Qué es lo que te hace bien? No deben ser grandes cosas, pueden ser simples detalles.

Ladeo mi cabeza. Busco en mi mente esos vagos recuerdos de aquellos momentos que me hicieron sentir bien alguna vez. Y en este último tiempo pocas ocasiones he sentido ese sentimiento. Todo porque me había aislado del mundo por completo. Tuve que ahondar lo suficiente para poder dar una respuesta convincente no solo para la psicóloga sino para mí.

- La risa de Micaela.

- ¿Quién es Micaela?

- Mi mejor amiga, prácticamente es mi hermana.

Por primera vez, sonrío y ese gesto no pasa desapercibido a la psicóloga.

- ¿Qué te hace sentir Micaela?

- Hace que las cosas sean más sencillas. Busca siempre el lado positivo, aunque todo sea negro. Escucha, - reflexiono - Me escucha. Y nunca se rinde, ni tan siquiera conmigo.

⫷Resurrección⫸ {Saga Vivir o Morir}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora