Después de "Vivir o Morir", llega la segunda parte de esta historia de lucha, aprendizaje y amor.
Benjamín Rojas es un cantante de éxito que la vida lo pone en su lugar en el momento culmen de su carrera. En ese instante, conoce al que será el amor...
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Me despierto con la mejor sensación del mundo. Y es que Benjamín estaba cumpliendo su promesa sobre este viaje desde el minuto uno. Dijo que sería inolvidable y lleva toda la razón. Literalmente no han pasado ni veinticuatro horas, pero cada minuto es único. Primero, la sorpresa de no saber el destino y la anécdota del avión con el mensaje del piloto y el posterior mini concierto a capella que tanto hizo divertirnos. Después, nuestra llegada al hotel. ¡Vaya hotel! Nunca imaginé, ni en mis mejores sueños, hospedarme en un hotel como este. ¡Todo era lujo! Y, por último, la fantástica noche que pasé con Benjamín. Lo amo. Amo todo de él.
Hablando de Benjamín... Estoy sola en la cama por lo que decido levantarme para ir en su busca. Miro en el cuarto de baño y no lo veo. Camino hacia el gran salón-comedor y nada. Cruzo el ventanal y llego a la terraza. En la zona chill-out, hay preparado un desayuno con un bello jarrón que contiene una rosa. Me acerco a ella y la huelo. Sonrío cuando me percato que a la rosa le acompaña una nota.
Buenos días, princesa.
He salido temprano para hacer las pruebas de sonido del concierto de esta noche.
Prometo volver pronto.
Mientras, disfruta del desayuno que expresamente he pedido para vos.
Te amo.
Doy un grito de alegría a la vez que salto de la emoción. Cualquiera que me vea, creería que soy una adolescente que acaba de recibir una notita de su crush del instituto, pero es que Benjamín me hace sentir así. Hace que resurja mi yo del pasado. Esa chica feliz, despreocupada, que sabía vivir la vida.
Me siento y disfruto del desayuno. La fruta está deliciosa y los bollitos con pepitas de chocolate están de muerte. Mientras, veo un poco las redes sociales y me fijo en algunas publicaciones de algunos fans de Benja. Lo cierto que su llegada al país está causando sensación y los chilenos/as se muestran muy agradecidos. Hay una infinidad de publicaciones: desde nuestra llegada al aeropuerto hasta la llegada del hotel. Benjamín es demasiado fotogénico, parece como que tiene la pose bien estudiada porque la verdad que en todas sale muy guapo. Los fanáticos comentan sus impresiones por las redes desde "Que bueno está" a "Qué simpático es" o "Qué suerte tiene la novia". Esto último me hace reír. Si supieran lo complicado que ha sido hasta llegar a donde estamos. Pero sí, hoy por hoy puedo decir que soy afortunada de tenerlo a mi lado y espero que a partir de ahora la vida nos sonría. Nos lo merecemos por todo lo que hemos luchado juntos y por separado.
La llamada entrante de Micaela aparece en la pantalla de mi celular. No me sorprende, está hecha una madraza sin aún no haber nacido su bebé. Tiene un instinto sobreprotector con todas las personas que la rodean, incluyendo incluso a Benjamín que antes de irnos se encargó de masajear su pierna "problemática". En cuanto a su pierna, parece que va bien con la medicación y no ha ido a mayores. En cambio, Micaela tenía que asegurarse. Según ella, si Benjamín está bien; yo también lo estaré. Y viceversa.
