Después de "Vivir o Morir", llega la segunda parte de esta historia de lucha, aprendizaje y amor.
Benjamín Rojas es un cantante de éxito que la vida lo pone en su lugar en el momento culmen de su carrera. En ese instante, conoce al que será el amor...
Os dejo el capítulo antes de tiempo. Esta semana la voy a tener un pelín liada y ya que lo tengo terminado prefiero que lo disfrutéis y no dejaros con la intriga cinco días.
Este capitulo es muy pero que muy especial, además de largo. Me emocioné mucho escribiéndolo, así que solo os pido que le deis mucho amor y me comentéis porque para mí es muy importante saber si os gusta el trascurso de la historia.
Gracias de corazón.
Antes de empezar a leer, os aviso que a mitad del capítulo hay un vídeo. Os aconsejo que lo reproduzcáis y sigáis leyendo con él de fondo porque os transmitirá un poco más el capitulo de ese modo.
Espero que os guste.
Un besazo y cuidaros.
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- Tu hermana se pasará hoy por acá – anunció Octavio.
- ¿Para qué? – pregunté molesto.
- Y supo que Camila no se está adaptando muy bien acá y piensa que es buena idea que pasen una tarde de chicas – explicó Octavio.
- ¿Y quién le dijo? – me molestó. Octavio solo se limitó a agachar la cabeza aceptando la culpa. – Es que no te podés quedar callado. – golpeé la mesa.
Octavio resopló.
- Aunque no te guste, le hará bien. Luisana tiene mucha empatía...
- Y es bien pesada, yo me puedo encargar de Camila
- Epa ¿estás celoso?
- ¿YO? ¡Qué decís!
- Solo pasarán el día en la piscina – dijo Octavio. – Ni tan siquiera vienen las niñas, tu madre y yo pensamos llevarlas al parque de atracciones. – bufé. Podría estar todo el día solo con Camila y ni eso. – Camila necesita a una amiga, lleva todos estos días de la habitación a la cocina para comer y de la cocina a la habitación.
- ¡Porque ella quiere! – exclamé irritado. – Yo le ofrezco todo lo que necesita, intento cuidarla...
- ¿Intentar cuidarla es encararla e intentar transar con ella...?
- Porque vi que estaba receptiva
- ¿Receptiva?
- Está bien fue un malentendido, no volverá a pasar.
- Recuerda que no te reconoce, es como si te viese por primera vez. Debes ir despacio.
Lo miré de mala gana.
Puede ser que no tuviese mucha paciencia, pero me enfermaba el hecho de no poder acercarme a ella, besarla, abrazarla o acariciarla. Era un castigo ver que sus ojos no me miraban con el brillo que solía tener. Su mirada no transmitía nada de cariño ni amor.
