Después de "Vivir o Morir", llega la segunda parte de esta historia de lucha, aprendizaje y amor.
Benjamín Rojas es un cantante de éxito que la vida lo pone en su lugar en el momento culmen de su carrera. En ese instante, conoce al que será el amor...
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Pvo Benjamín
- Tío, está super rara y yo me voy a volver loco si no consigo saber qué le pasa.
Coco lleva media hora en mi despacho. Media hora contando sus desdichas con Micaela. Ahora, su principal problema son los cambios de humor de su querida pareja. Según él, discuten como nunca pero también se quieren como nunca antes lo han hecho.
Ojalá poder decirle lo que verdaderamente le pasa a Micaela, porque soportarlo ya es misión imposible. Pero debo respetar que es Micaela quien lo debe decir. Lo que no sé a qué espera, ¿a qué a Coco le de un síncope? O ¿a qué me de a mi el síncope por aguantarlo?
Posiblemente Micaela esté preparando algo especial – típico en ella – y necesite su tiempo para tenerlo todo más que organizado. Mientras, creo que tendré que armarme de mucha paciencia y empatizar con mi amigo.
- Benja, dime algo tío.
- Las mujeres son muy difíciles. – afirmo.
- Oh, acabas de resolver todos mis problemas con esa afirmación. Gracias, no sé que haría sin vos – suena irónico.
Me hace gracia su actitud y río sin despegar mis ojos en los papeles. Se trata de un nuevo contrato para un futuro artista y estoy modificando ciertos detalles para que quedase lo mejor redactado posible.
En ese momento, el sonido de mi celular suena. Alzo la mirada a su dirección y veo el nombre de mi madre en la pantalla. ¡Dios! Esta mujer si que es insoportable. Le dejé encargado que no me molestase. Desde que Camila volvió a casa, mi madre se desvivía por nosotros. Lo que menos quiero es que su actitud agobie a Camila. Habíamos avanzado algo, algo mínimo, pero suficiente para tener esperanzas.
- ¿Quién es? ¿Tu madre? – adivina Coco.
Asiento.
- Atiéndela tío. Está preocupada.
- Lo hace todos los días... Llama cada instante.
- Así son las madres. – concluye él.
Suspiro. Odio que Coco tenga razón.
Agarro el celular que sigue sonando y me lo llevo a la oreja cuando descuelgo la llamada.
- Benjamín
- Dime – suspiro
- Necesito que mires el noticiero.
¿El noticiero? Me ha llamado para que vea el noticiero... Coco está interesado en lo que me dice mi madre y me hace gestos para saberlo todo.
- No jodas mamá, estoy laburando y ahora mismo no puedo. – desecho la idea. No tengo mejor cosa que hacer que la de ver la televisión.
- Es necesario que sepas lo que está ocurriendo – insiste.
El tono de voz que utiliza es diferente. Autoritario, pero a la vez preocupado. Es cuando saltan mis alarmas, algo debe estar pasando.
Insto a Coco que me acerque el mando de la televisión que hay colgada en una de las paredes laterales de mi despacho. La enciendo y busco el programa nacional. Mi cara sale en la pantalla junto a imágenes de mi hermana con las niñas esta mañana en la entrada del colegio. Debajo de las imágenes hay un rotulo: "Todo sobre el secuestro de las sobrinas de Benjamín Rojas".
