Comencé a dar vueltas de un lado a otro en la habitación de mi madre. En cuanto Mia salió de mis brazos e hizo caso a mi petición de disfrutar de su cumpleaños, me sentí asfixiado. Necesitaba huir de aquel lugar. Necesitaba hacerlo porque todos me miraban estupefactos por las palabras que le había dedicado a mi sobrina, como si esperasen una justificación por la decisión que había tomado. Lo peor de todo es que ni yo mismo sabía qué diablos se me había pasado por la cabeza para prometer aquello.
Me encerré en la habitación.
Supe que me siguieron, pero también escuché la voz de Octavio pidiéndoles a todos que me dieran un tiempo. Lo agradecí en silencio.
Ahora solo podía caminar de un extremo a otro de la habitación mientras mi mente me recordaba palabra por palabra la promesa con Mía. No sé por qué lo hice.
¿Por qué lo hice? No sabía qué me había pasado.
¿Por qué le prometí eso? Siempre había sido mi mayor miedo. Enfrentarme a la cruda realidad. Verla postrada en una cama casi sin vida. Sabía perfectamente que no sería capaz de soportarlo. Estaba seguro que esa imagen me perseguiría cada día por mi mente, al igual que pasó con el accidente.
¿Qué iba a hacer ahora? A ver, sabía que debía cumplir mi promesa; pero me aterraba el simple hecho de verla. Tal vez Mía se olvidase...No, en absoluto. Mia era igual que su madre, tomaba la palabra y esperaba que la cumpliera. No se le iba a olvidar ni por asomo y menos cuando verbalizó su deseo de esa manera. No era un deseo porque en sus ojos vi la desesperación que yo llevaba arrastrando durante todo este tiempo. Me rompí en mil pedazos ver aquella necesidad en una niña de tan solo cuatro años.
- ¿Se puede? – preguntó Felipe abriendo un poco la puerta y asomándose – Si quieres, vengo en otro momento.
Tomé aire y sequé mis lágrimas con mis manos. Le pedí que entrase y lo hizo cerrando la puerta a su paso. Se mantuvo callado, observándome.
- Estoy bien – me limité a decir.
- No es malo admitir que estás mal. – se encogió de hombros. – Lo que acabas de hacer no ha tenido que ser fácil.
Me quedé en silencio.
- Podemos hacer que Mía se olvide...
- No, de ninguna manera – lo miré por primera vez. – Voy a cumplir lo que le prometí. No puedo fallarle. – mi voz se quebró al decir esto último.
- Pero...
- Ahora lo único que temo es que sea demasiado duro para ella. – reflexioné. – Solo es una niña, no va a entender que Camila esté en ese estado.
Felipe asintió.
- Sé que me he equivocado, pero era lo que necesitaba escuchar. – dije.
- Vos también lo necesitabas... - intervino Felipe. – Aunque no lo creas, necesitas verla por muy duro que te parezca.
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⫷Resurrección⫸ {Saga Vivir o Morir}
FanfictionDespués de "Vivir o Morir", llega la segunda parte de esta historia de lucha, aprendizaje y amor. Benjamín Rojas es un cantante de éxito que la vida lo pone en su lugar en el momento culmen de su carrera. En ese instante, conoce al que será el amor...