Había pasado casi tres semanas.
Había pasado casi tres semanas con todos sus días y noches. Días interminables y noches agónicas culpable de un único pensamiento que se resumía en una única pregunta: ¿por qué?
Durante todos estos días cuestionaba una y otra vez el por qué de todo lo que me rodea. El por qué de vivir una vida vacía porque así es como me he sentido siempre. Siempre me he sentido vacía porque lo único que la vida me deparaba era la soledad. Se encargaba de arrebatarme a las personas que más amaba y me hacía sentir culpable de todo. Una autentica desgraciada cuyo único destino no era más que el sufrimiento.
Buscaba un por qué con la esperanza de encontrar una respuesta que justificara lo suficiente para seguir adelante. En cambio, no la hallé y no la hallo porque no existe una respuesta ante la desgracia de perder un hijo. Porque no hay algo mas doloroso en esta vida que perder la razón de la que es ahora tu existencia. No hay nada más doloroso que eso. Esto si que es el autentico vacío.
¿Cómo salgo de él?
No lo sé. La pena me embriaga, la culpa me carcome y la tristeza solo marchita aún más a un corazón del que tan solo quedan pedazos, tan solo quedan cenizas.
Puede sonar egoísta, no soy la única que ha perdido una parte de su vida, pero actualmente no concibo más dolor que el mío. Puede que la decisión de estar a solas sea la decisión más estúpida que pude optar en mi vida, pero si que es necesaria para mí. Mi dolor es mío y por ahora no puedo compartirlo con otra persona que no sea yo. No pueden sufrirlo tanto como lo sufro yo. No puedo enfrentarlo con los demás si por dentro no encuentro razón suficiente para hacerlo.
Debo perdonarme. Debo sanarme conmigo misma, al menos intentarlo. Debo armar este corazón que se partió en trozos minúsculos. Debo encontrar la razón de mi existir.
Otro día más que busco esa respuesta.
Otro día más que intento perdonarme.
No sé si hoy será el día que lo llegue a conseguir, pero intento poner todo de mí.
Intento, que no es poco.
Como cada mañana me decido a salir a caminar. Me demuestro que la vida sigue, que todo continúa y solo debo acostumbrarme a esto. A sobrellevar todo lo que ocurre y dar oportunidades a las nuevas cosas. En cambio, aun no soy capaz. Desvío la mirada a todo lo que me transmite felicidad: a familias que disfrutan de un simple paseo, a parejas que entrelazan sus dedos y se confiesan amor eterno en una pequeña terraza de una cafetería con aires franceses, a las risas y carcajadas de un grupo de amigos, a las miradas cómplices de dos octogenarios que comparten los últimos años de su vida... No soy capaz de empatizar con nada de eso.
El claxon de un automóvil me hace parar bruscamente. Enseguida miro en dirección al semáforo y compruebo que no era mi turno para cruzar la calzada. El hombre masculla improperios ante mi imprudencia. Mi mirada de desasosiego le pasa inadvertida y no depara en acallar sus malas palabras.
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⫷Resurrección⫸ {Saga Vivir o Morir}
FanfictionDespués de "Vivir o Morir", llega la segunda parte de esta historia de lucha, aprendizaje y amor. Benjamín Rojas es un cantante de éxito que la vida lo pone en su lugar en el momento culmen de su carrera. En ese instante, conoce al que será el amor...