Heridas abiertas (II)..

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La oficina del inspector se mantenía tal y como unos meses atrás la visité, aun cuando no había señales sobre Mía y Allegra

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La oficina del inspector se mantenía tal y como unos meses atrás la visité, aun cuando no había señales sobre Mía y Allegra. El operativo que hace ya muchos meses se instaló en el salón de mi casa, se trasladó inmediatamente cuando aparecieron las niñas a un pequeño piso de un edificio bastante antiguo a las afueras de la ciudad. Es el sitio perfecto para seguir con el operativo.

El caos reina en cada uno de sus rincones: papeles esparcidos por diferentes mesas, pizarrones con fotografías de Mariano, las niñas, mi hermana e incluso Camila... Los restos de comida en una mesa circular son los causantes del olor a podrido. El ambiente olía a rancio con una mezcla de olor a tabaco del malo.

Paseo por la estancia mirando los pizarrones. Aparte de las fotografías, hay imágenes de los distintos lugares donde había pistas de Mariano; la última es aquella plaza donde dispararon a bocajarro a Martina. Parece que haya pasado una eternidad, pero tan solo ha sido cuestión de unos meses. No más.

Habían pasado tantas cosas en tan poco tiempo. Todo ha cambiado con la misma rapidez que el tiempo. Actualmente, no puedo quejarme. La luz resurgió de la oscuridad y, a pesar de que existan pequeñas sombras, la ilusión y la esperanza imperan.

Sin embargo, para mantener esta situación debía cerrar capítulos. Cerrar puertas y acabar con los fantasmas que acechan a nuestro alrededor. La situación de mi ex cuñado es uno de esos capítulos que debe acabar. Todos hemos sufrido por culpa de ese tipo y, por ello, es necesario dar con él. No puede quedar impune, menos cuando ha retenido a mis sobrinas. No merece más que el mismo castigo: estar retenido tras unas rejas hasta el fin de sus días.

La venganza es un arma de doble filo. Si no se gestiona con cabeza fría y firmeza, puede volverse en tu contra. Soy muy consciente de ello. En cambio, no hay otro sentimiento que me condicione tanto en estos momentos como el de la venganza. Tengo la necesidad imperiosa de acabar con Mariano. Tengo que mantener la paz en mi familia, cueste lo que cueste.

- Benjamín, has llegado antes de la hora acordada.

Rodríguez aparece con un café humeante en su mano derecha mientras que en la otra mano porta su ya tan famoso maletín. Deja el café humeante encima de una de las mesas y rebusca entre los papeles hasta dar con un sobre de azúcar. Lo abre y vierte su contenido en el vaso. Mueve el líquido con un palo de madera, tal vez facilitado por la máquina de café, le da un sorbo y muestra un gesto de disconformidad.

- Cada día sabe peor.

Abre su maletín y rebusca un documento. Cuando lo encuentra me lo ofrece, mientras que sigue buscando dentro de su maletín.

Intento descifrar qué es lo que me ha dado. Parece un solar. Una residencia, demasiado amplia. Son los planos de la misma. Hay varios edificios, pero en el centro hay uno de gran magnitud por lo que deduzco que es el principal. No solo es sorprendente los metros cuadrados que conforman ese solar, a su alrededor lo fortifica una especie de muralla. Sin dudas, parece una fortaleza.

⫷Resurrección⫸ {Saga Vivir o Morir}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora