Había decidido ir al mercado. Hoy se había levantado con ánimo. No es que fuese la alegría andante, pero tenía el ánimo suficiente para sonreír y salir al mundo.
Le encantaba ir al mercado. Desde que lo descubrió hace ya unas semanas a unas cuadras del apartamento de Suarez donde vivía de prestado, visitaba aquel lugar casi a diario. Le gustaba el ambiente y su gente. Había entablado una amistad con algunos tenderos y cada vez que pasaba por sus puestos, los tenderos y tenderas se interesaban por ella y conversaban.
Hoy debía aprovechar la positividad que la envolvía y decidió hacer unas compras. Tal vez invitara a Micaela a almorzar. La imagino como lo loca cuando escuche mi propuesta.
- Y dame un kilo de tomates, lo más rojitos por favor – le pido a Amalia. Ella era uno de mis grandes descubrimientos de este lugar. No tenía más de 50 años, pero era una mujer alegre y muy positiva a pesar de que la vida no la ha tratado bien.
- ¿Hoy tenemos visita? – intenta adivinar, posiblemente por la cantidad de verdura que estaba comprando.
- Eso intento, voy a invitar a mi amiga a almorzar.
- Eso es una magnífica noticia. Me alegro mucho cielo – me mira con cariño. Ella también sabe, grosso modo, parte de mi vida. – Pues te voy a echar un meloncito que vienen bien ricos, de regalo.
- Amalia, no hace falta – digo apurada.
- Insisto. Ese brillito y esa sonrisa que llevas hoy, lo merecen. – guiña cómplice. Le ofrezco el dinero por la compra de mis verduras y ella me da las bolsas con todas las verduras.
Salgo del mercado en dirección a casa. Si que es cierto que había comprado demasiadas verduras. Tuve que hacer dos paradas antes de llegar a casa para descansar mis brazos que soportaban el peso de las bolsas. Estaba a punto de llegar al portal del edificio de los apartamentos donde vivía temporalmente, pero sonido de mi celular me sorprendió.
Dejé las bolsas a un lado y busqué en mi bolso de bandolera el celular. Lo agarré y miré en la pantalla que se trataba de Micaela. Descolgué y no dejé que hablara ella.
- Con vos quería hablar.
- Hola mi amor – saluda ella alegre. - ¿Cómo es eso? – se ríe
- Tengo un plan para vos.
- ¿En serio? ¿Sos Camila? No lo puedo creer
- Soy yo, soy yo – admito.
- ¿Y cual es ese plan?
- Quiero invitarte a comer a casa. He ido al mercado, he comprado todos los ingredientes necesarios y quiero preparar un menú rico rico. ¿Te apetece?
El silencio de Micaela hace que borre la sonrisa de inmediato. Esperaba un gritito de alegría o alguna de sus bromas habituales como respuesta. Su silencio me dejó un poquito bajoneada.
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⫷Resurrección⫸ {Saga Vivir o Morir}
FanfictionDespués de "Vivir o Morir", llega la segunda parte de esta historia de lucha, aprendizaje y amor. Benjamín Rojas es un cantante de éxito que la vida lo pone en su lugar en el momento culmen de su carrera. En ese instante, conoce al que será el amor...