--- Extra Capitulo 28 ---

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Pvo Micaela

- Estoy esperando una respuesta Camila – le digo de brazos cruzados.

Había pasado por la planta de psiquiatría para dejar unos materiales que había dejado por error en la planta de traumatología. De ninguna manera iba a esperar encontrarme a Camila por allá. Sé que no tenía cita con la psiquiatra hasta dentro de unas semanas por lo que su presencia en la planta no tenía algún motivo aparente.

- Esto... - titubea.

Muevo mi pierna nerviosa. Si, yo también estoy nerviosa. Sé que está escondiendo algo y es tan difícil averiguarlo. Camila se cerró en sí misma, es hermética por lo que es imposible conocer qué piensa, qué siente y qué le sucede en cada momento.

Esta incertidumbre me carcome y estoy empezando a flaquear. No quiero ver mal a mi amiga, quiero ayudarla, pero no sé cómo hacerlo. Me quedé sin ideas. No tengo más opciones.

- Quería ver a Andrea – contesta.

Andrea es la psiquiatra. Una muy buena amiga del Dr. Suárez. Es una de las mejores que tiene la clínica y Suárez no dudó en ningún momento para que atendiese a Camila. Eso y porque creo que tienen algo esos dos. Por la clínica corre rumores que dicen que llevan quedando hace ya un par de semanas y que Suárez la invitó a uno de los restaurantes más caros de la ciudad. A ver, que no me sorprende porque Suarez maneja plata y él se puede permitir todo lo que quisiese y más. Pero cuando un hombre invita a una mujer a un restaurante en el que tienes que ofrecer tu riñón por un simple vaso de agua, es porque está bien enganchado.

Creo que me he ido por las ramas.

Si Camila ha ido en busca de Andrea es que tiene algún problema. Tal vez, se ha dado cuenta que no está bien y quiere pedir ayudar. Eso es buena señal ¿no? Osea, una persona deprimida como Camila que pida ayuda sin que nadie se lo diga, eso es muy bueno.

- ¿Y que tal? – me intereso dando saltitos.

El gesto de Camila es aburrido, como siempre. ¡Qué novedad!

- No estaba – responde. – Eh, Mica tengo muchas cosas que hacer ¿sí? Después hablamos.

Se despide de mi con un beso en la mejilla y sin sacar sus manos del bolsillo de su bata se marcha a toda prisa. Arrugo el entrecejo.

A pesar de haberme alegrado de que Camila quisiera visitar a la psiquiatra, algo dentro de mí dice que debo preocuparme. No sé por qué, pero tengo esa mala sensación.

Salgo de la planta de psiquiatría y me siento en los escalones del rellano que comunica los ascensores y escaleras con cada una de las plantas de la clínica. Saco mi móvil del pantalón y marco un número de teléfono. Espero los tonos correspondientes hasta que escucho su voz.

- Benja – saludo. – ¿Qué tal? ¿Cómo ha ido todo? ¿Te dieron los resultados?

- Bien, - lo escucho alegre y eso me complace - no es nada malo por el cual preocuparse. ¿Y Vos?

- Yo también estoy bien, laburando mucho. Algo más cansada de lo habitual, pero creo que es porque estoy haciendo muchas guardias. – le contesto. – Te llamaba porque quería saber si habías visto hoy a Cami.

- Sí – responde. – Me acompañó a la consulta para conocer los resultados.

- Eso es buenísimo Benja – me alegro, pero él no contestó- Y... ¿cómo la viste?

- Bien, no sé... Como siempre – dice no mostrando mucho interés.

- ¿No te contó nada? Si le había pasado algo importante o como se sentía hoy...

- Micaela, ¿qué pasa? – pregunta cansado- Estás dando muchos rodeos.

Benjamín me conoce ya, conoce cuando algo me preocupa.

- Eh... Nada. Solo que vi a Camila en la planta de psiquiatría. – lo dejo caer haber si despierta su interés y lo hace por el tono de voz que emplea.

- No tiene cita hasta dentro de dos semanas, ¿Qué hacia allí?

- Lo sé y eso mismo le pregunté yo. Me dijo que quería hablar con Andrea, pero que se había ausentado. Le pregunté si se encontraba bien y quiso evadirme como siempre.

Benjamín enmudeció de repente.

- Es buena señal, ¿no? Ósea, si ha ido en busca de Andrea es porque necesita hablar o desahogarse. Eso es muy bueno. No se está cerrando ¿no?

- Esto... No sé.

- ¿Cómo que no sabes? ¿Por qué otra cosa visitaría a Andrea?

- No, por nada – niega. – Esto, Micaela tengo muchas cosas que hacer en la productora. Hablamos en otro momento sí. – se despide de mí al igual que ya lo hizo Camila.

Cuelgo la llamada y no se por qué me siento más preocupada de lo que estaba antes. Benjamín sabe más de lo que dice.

Nuestra relación no es que sea de las mejores, pero a raíz de lo que le ocurrió a Cami, acercamos posturas hasta el punto de considerarlo casi como un amigo para mí. Ahora lo conozco un poco más y sus silencios hablan más de lo que callan.

Quise reordenar todas mis sospechas durante todo lo que quedaba en la tarde de trabajo, aunque no fue una de mis mejores tardes de laburo porque no podía dejar de pensar en Cami.

Cuando terminé mi jornada laboral, conduje hasta casa. Allí me esperaba Coco con la mesa preparada para cenar. Hoy había salido antes del laburo por lo que me sorprendió la cena tan elaborada que había preparado.

- Amor

Rodeo su cuello y lo beso con mucho amor.

- No sabes el día horrible que he tenido – le digo. – Estoy muerta. – me siento en la silla totalmente derrotada.

- ¿Cansada?

- Demasiado, parece que me ha pasado un camión por encima. No sabés que sensación tan fea.

- Deberías ir al médico, tal vez tengas las defensas bajas – dice. Llena mi vaso con agua y comenzamos a cenar.

- Puede ser... - dudo. Pincho el tenedor en uno de los trozos de carne.

- ¿Qué te pasa? – me agarra la mano libre por encima de la mesa. – Esa carucha de preocupada no pasa desapercibida. ¿Todo bien con Camila?

Sonrío. Coco siempre tan atento. Lo amo.

- Estoy preocupada. Vi a Camila en la planta de psiquiatría y, a parte de sus malos humos, creo que me esconde algo. – suspiro. - Me dijo que quería hablar con Andrea y lo vi una muy buena noticia. Estaba pidiendo ayuda posiblemente por algún miedo o preocupación que tenga. En cambio, hablé con Benja y esa idea se evaporó.

- ¿Te lo contó?

- ¿Contarme qué? – frunzo el ceño.

- Benja prepara una gira internacional. Vuelve a los escenarios. – explica - En parte es para poner distancia entre ellos.

Me sorprendo, pero no mucho. Ese es el motivo de su silencio. Sabía que algo ocultaba. Se va del país.

- No puede irse.

- Está desesperado, amor – justifica Coco. – Lo entiendo. Camila no la está haciendo fácil.

- Pero eso no justifica que la abandone. Eso le hará muy mal a Cami. – digo temerosa. – Debemos hacer algo Coco.

- Mica no te puedes meter en esto. Es cosa de ambos. No podemos forzar la situación.

- Camila es mi mejor amiga, no puedo permitirlo. – reivindico. Dejo el tenedor en el plato. Se me ha quitado el apetito. Solo puedo pensar en opciones para evitar que Benja se marche. Necesito que de nuevo se junten. Mi mente va a mil por hora pensando en distintas posibilidades hasta que una idea se asienta en mi cabeza. – Ya sé qué podemos hacer y vos – señalo a Coco. – Me vas a ayudar. 

⫷Resurrección⫸ {Saga Vivir o Morir}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora