Solo falta por meter en las maletas las mudas de las niñas. En una hora partiría a casa de mis padres para dejarlas a salvo e iría al punto de encuentro.
Ha pasado casi un mes desde que, en un acto de valentía, agarré a las dos pequeñas y las saqué de ese infierno que estaban viviendo.
Los primeros días fueron horribles. Es difícil mantener en el anonimato con unas niñas que estaban siendo buscadas por cielo y tierra. Lo lógico sería haberlas entregado a la policía, pero desgraciadamente yo había participado en ese suceso.
Y me arrepentí.
Me arrepiento tanto...
Me cegué. Estaba cegada por la venganza y la ira. Quise vengarme y me alié con la peor persona. En cambio, las cosas ya estaban hechas. No había vueltas atrás. Yo también soy una delincuente.
- Mia... Allegra...- las llamo. – Venid, debo contaros algo.
Las niñas, que jugaban en la única habitación del departamento, salieron en mi busca. Las esperaba en cuclillas para estar a su altura. Ambas se abalanzaron y me abrazaron sin dejar de besar mi cara.
Son estas situaciones las que me ayudan a seguir adelante. Son estas situaciones las que confirman que tomé una buena decisión, que mi acto de valentía no fue en vano y que mi único objetivo ahora es mantenerlas a salvo y lejos de su padre.
- Chicas escuchad atentas – les pido. – Orejas abiertas.
Las niñas rieron y estiraron sus orejitas en un gesto divertido.
- Vamos a ir a un sitio secreto
Las niñas exclamaron un "oh".
- En ese sitio, hay dos personas que quiero muchísimo.
- Como nosotras a mami y a papi – dice Mia.
- Sssi – titubeo. – Sí, son mis papás. Voy a llevaros con ellos porque tengo que ausentarme.
- Pero, ¿volverás? – preguntó con miedo Allegra. – Prometiste que pronto volvería mamá y aún no pasó.
Allegra espera impaciente una respuesta mía. Una espera que no se inicia en este momento. Esa espera ya sucedió hace unas semanas atrás cuando les prometí a ambas que las llevaría con su mamá. El problema es que no sabía cómo hacerlo para entregárselas y yo quedar impune.
Las cosas se habían complicado tanto.
Me limité en cuidarlas como un aliciente suficiente para seguir mi cometido. Tanto es la obsesión que he olvidado vivir para mí.
- Prometo que volveré – les digo besando sus manitas que agarran las mías con fuerza. – Y os prometo que pronto estarán con mamá.
Tras agarrar las mochilas de las niñas y llamar a un remis, nos dirigimos a la casa de mis padres.
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⫷Resurrección⫸ {Saga Vivir o Morir}
FanfictionDespués de "Vivir o Morir", llega la segunda parte de esta historia de lucha, aprendizaje y amor. Benjamín Rojas es un cantante de éxito que la vida lo pone en su lugar en el momento culmen de su carrera. En ese instante, conoce al que será el amor...