Chile (II)

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Odio la necesidad imperiosa que tiene Camila con el hecho de contentar a los demás

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Odio la necesidad imperiosa que tiene Camila con el hecho de contentar a los demás. Es que le supura por cada poro de su piel. ¿Qué termino no ha entendido sobre que este viaje es nuestro? Nuestro. De ella y mío. De nadie más. 

Lo mucho o poco que tenga de tiempo libre quiero que sea para ella. Solo y exclusivamente de ella. No es tan difícil ¿no? Es que ya me queda por hacerle un croquis y explicarle el significado de "nuestro". Espera que lo tengo, NUESTRO: pronombre posesivo de la primera persona del plural. ¡PLURAL! Camila y yo. Un tú y yo de manual. Nada de ellos ni de ellas. Punto. No hay terceros. En esa palabra no entra Nacho ni mi secretaria. ¿A qué no es difícil?

Pues esta explicación no sirve para absolutamente nada porque, a pesar de todo, Camila consigue todo lo que se propone por eso no es extraño que me dirija al restaurante a la vez que me pisan los talones el trío laralá. ¡Es que manda narices! He reservado en uno de los restaurantes más populares de Santiago con la mera intención de pasar una velada íntima con MI MUJER. Ella y yo, SOLOS. Pues no, no la pasaremos solos. Y seguramente me tocará pagar todo, que no será poco.

- Es precioso

Admira Camila cuando llegamos a la entrada del restaurante. La fachada es espectacular, no lo puedo negar, pero a mí ya no me apetecía estar aquí. No tengo hambre.

- Pedazo sitio, jefe – aprecia Nacho.

Ojalá pudiera mandarlo a la mismísima mierda, pero eso supondría una discusión con Camila y ya es lo que me faltaba. Asiento a regañadientes mientras que menciono mi nombre al camarero que se sitúa tras el atril de la entrada. Escucho un leve murmuro por parte de mi secretaria. Sé que esto no es iniciativa de ella, por eso no le guardo rencor. Ahora bien, que no piense Nacho que se irá de rositas. Se la tengo guardada.

El camarero nos sitúa en una de las mesas del fondo que aporta toda la intimidad que queremos. Desde que llegué al país, todo ha sido una revolución. Sabía que mis fans echaban de menos mi música, pero nunca imaginé la repercusión que tendría mi vuelta a los escenarios. No me molesta, ni mucho menos. Soy quien soy, por ellos. Tengo la vida que tengo gracias al apoyo de ellos. Así que solo me queda disfrutar y soportar el peso de la fama.

- Hemos ido al balneario esta mañana, ha sido espectacular ¿a que sí Estela? – habla Camila iniciando la conversación cuando estamos todos situados.

Estela, mi secretaria, tiene un único objetivo en este viaje: acompañar a Camila. Sé que he prometido pasar todo el tiempo que pueda con Camila, pero una gira engloba muchas necesidades y no todas las podía delegar en algún miembro de mi equipo. Por ejemplo, es el caso de las pruebas de sonido. Soy muy perfeccionista con mi trabajo y necesito que esté todo controlado en cuanto a los detalles técnicos, estilismo... Algo normal en la vida de un cantante. Las pruebas de sonido no las podría cancelar, así que el hecho de marcharme esta mañana fue de todo menos satisfactorio, y más cuando había pasado una gran noche con Camila. Sé que ella lo entiende, que comprende las exigencias de mi trabajo; pero no quiero cagarla. No quiero que pase como en Miami, que a pesar de que no estábamos juntos oficialmente y que acabó medianamente bien; pasé demasiado tiempo enfocado en mi trabajo y dándole ideas erróneas a Camila.

⫷Resurrección⫸ {Saga Vivir o Morir}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora