32. Volver

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Una llamada del hospital fue la que me obligó a pisar tierra firme

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Una llamada del hospital fue la que me obligó a pisar tierra firme.

Después del encuentro con Micaela, estaba fuera de sí. Arrasé con todo lo que había a mi alrededor. Rompiendo todo lo que encontraba. Destruyendo todo lo que se interponía en mi camino como una manera de canalizar toda la ira.

Estoy descontrolada, lo sé. 

Necesito ayuda, puede ser. 

Pero eso no exime lo que ha hecho Micaela. He intentado entenderla, no he llegado a apartarla de mi lado por completo y ella se ha aprovechado. Ha tirado de una cuerda tensada que ha acabado rompiendo.

Estoy rota.

Rota en todos los sentidos.

Pero, ¿Qué puedo hacer?

¿Pedir ayuda? Lo sé. Soy consciente que esa es la solución, pero hay algo más importante que nadie se ha parado a pensar... ¿Acaso quiero ser ayudada?

¿Acaso estoy a tiempo a remediar todo lo que ha pasado?

¿Acaso hay un sentido para seguir adelante?

La respuesta también sería igual de fácil. Tengo a Benjamín, él siempre ha velado por mí al igual que Micaela. Pero, ¿acaso merezco eso?

La vida siempre me ha arrebatado a las personas más cercanas, a las que más quería. ¿Quién sabe si la próxima persona en perder es alguno de ellos? 

Si, sé que es ley de vida, pero la vida no ha tenido ni un ápice de consideración conmigo.

Estoy cansada de sufrir. 

Estoy cansada de perder a personas.

Tal vez, es la única manera de parar esto.

No sentir más, no sufrir.

En cambio, lo que le pasó a Martina me conmovió. Me ha hecho reconsiderar todo. A pesar de todo el dolor y el daño que nos hizo a Benjamín y a mí, sentí pena por ella. Cuando ese hombre se le acercó a ella con determinación para dispararla a bocajarro, pude ver en sus ojos su miedo, pero también vi lo perdida que se sentía.

Me vi reflejada en ella. Temblorosa, descontrolada... Sin rumbo. Creo que quiso  encontrarse conmigo como un medio de encontrar respuestas o, al menos, disculparse. Lo que pasa que fue demasiado tarde.

Ahora se debatía entre la vida y la muerte.

Sigo diciendo qué caprichosa es la vida. Cuando intentas remediar tus errores, ella te arrebata toda posibilidad. Martina no se merece esto, no se merece este final. A pesar de todo el daño, es persona y las personas comenten errores pero no por ello tienen que pagar de esta manera. 

Ahora me encamino al hospital con la incertidumbre de saber si Martina ha superado a la operación tan arriesgada a la que le han sometido. Dentro de mí, piensa que saldrá hacia adelante y mis deseos son el poder escucharla y saber qué quería de mí.

⫷Resurrección⫸ {Saga Vivir o Morir}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora