Después de "Vivir o Morir", llega la segunda parte de esta historia de lucha, aprendizaje y amor.
Benjamín Rojas es un cantante de éxito que la vida lo pone en su lugar en el momento culmen de su carrera. En ese instante, conoce al que será el amor...
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Todo sucede por algo, todo sucede a su tiempo y en su momento, porque así lo quiere el destino. El destino es incierto por eso, en ocasiones, nos encontraremos vientos que soplen a nuestro favor y velas que no se izan a pesar del trabajo y el esfuerzo que proyectemos.
Está comprobado que las mejores cosas no se planean. Aparecen de manera imprevista, sin presionar al tiempo.
Sucede porque sí. Porque así debe pasar. Porque así está escrito en nuestro destino, en la historia de nuestra vida.
Así de sencillo.
No todo son risas, sonrisas, verdades, alegrías... También hay mentiras. Mentiras que nos cuentan y mentiras que contamos.
Por eso, somos el producto de lo que vivimos, percibimos, digerimos...
Somos esas piedras que tropezamos en el camino.
Somos esas heridas que no conseguimos curar.
Somos las críticas y los errores que cometemos.
Somos las lágrimas que no lloramos.
Somos los finales trágicos de nuestras vidas.
Por eso, hay que darle tiempo al tiempo. Hay que sanar, aprender, perdonar y llorar. Hay que abrir las puertas a los desenlaces fatídicos porque, tarde o temprano, llegaran los finales felices.
Este sufrimiento es un paso más para continuar y esto no significa que desconfiemos de las casualidades de la vida.
El tiempo marcará nuestra historia.
Cuando tenga que ser el punto y final, que lo sea, pero antes respetemos los puntos suspensivos, las comas y los puntos y aparte.
Benjamín Rojas.
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