Reencarné como la hermana de un idiota

Capitulo 20: El inicio de los problemas (3)

N/A: Atención. Este capítulo tendrá algunos spoilers de la novela. Si, ya leí que muchos de ustedes saben lo de las galletas. ¿Saben como fue que ocurrió y por qué? Bueno, si no les molesta los spoilers adelante con el cap... en caso contrario, siéntanse con confianza de saltar este capítulo.
P.D: No pude contenerme y estoy publicando antes.
P.D2: Si deciden saltar este capítulo no estoy segura de cuando publicaré el otro. Con suerte, tal vez, mañana.

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El frío impedía que me dejaran salir a correr al exterior. En su lugar, cada mañana, Koshar y yo hacíamos estiramientos en el interior del castillo. El guardia, cuyo cabello castaño estaba atado en una coleta baja, observaba a ambos.

Cuando nuestro ejercicio terminó, decidí correr a ver a Navier antes de empezar nuestras clases. Navier se encontraba sentada en el escritorio, acababa de ver a un maestro salir así que no tenía mucho tiempo antes de que el siguiente entrara.

-    ¡Hermana Navier!—sonreí alegremente

-    ¡Thania! ¿No deberías estarte preparando para tus clases?—preguntó Navier

-    Ah, lo estaré pronto—dije aún recordando como mi nana había envido a las sirvientas a capturarme—Hermana Navier, ¿Has comido adecuadamente?

Observé sus mejillas, ligeramente más hundidas que la última vez que habíamos hablado. Navier hizo una expresión de sorpresa antes de ver a ambos lados como si temiese que alguien nos escuchara, entonces se acercó más a mi.

-    En realidad, la Emperatriz ordenó que no comiese mucho—dijo ella en susurros, como si fuese un secreto—quiere que estemos presentables para la ceremonia...

¿Era la Emperatriz tan idiota? ¡Es normal que una pequeña niña esté algo gordita! No pasaría nada si comía sus comidas con regularidad, siempre y cuando fuese una dieta balanceada y saludable.

-    Pero puedes comer en la hora del té que siempre tenemos, hermana Navier—sonreí—será comida saludable... como vegetales

Navier hizo una cara de desagrado cuando pronuncie "vegetales", como toda niña pequeña a ella no le agradaban los vegetales.

-    O tal vez frutas...

Una sonrisa apareció en el rostro de Navier tan pronto como dije aquello. Y pronto lo recordé... ¿No era por estas fechas donde aquello sucedía?

Estaba por irme cuando volteé a ver a Navier.

-    Hermana Navier, si alguien le ofrece un dulce, un pastel o... galletas, por favor, solo coma una o dos... no más—dije con seriedad

-    ¿Ah? ¿Por qué?

Era normal para Navier preguntar aquello, después de todo, jamás le había pedido algo "extraño". Se que debería dejar que la historia fluyese con normalidad, pero no quería que las galletas le hicieran daño a Navier.

-    Porque si la Emperatriz se entera que has comido de más se enojará mucho—respondí con una sonrisa tratando de parecer tranquila—no quiero que te regañen... tampoco quiero que regañen o castiguen a la persona que pueda darte algo así... así que hermana Navier solo come una o dos...

-    ¡Princesa! ¡Sabia que estaba aquí! ¡Tenemos que irnos antes de que Lady Sophia se entere!

Una de las sirvientas me interrumpió y fui alzada en los brazos del guardia que se suponía debía vigilarme. Yo le miré molesta, mientras él desviaba ligeramente la mirada.