Caminaba por el palacio cuando pudo observar por una de las ventanas a su padre afuera. Sin pensarlo mucho, decidió ir a su encuentro. La entrada del palacio donde se encontraba, solo le tomaría un par de segundos o minutos en llegar.
Cuando finalmente estaba ahí para ver a su padre, frunció el ceño al ver al pequeño de cabello castaño oscuro ahí.
Ambos se miraron y fruncieron sus ceños, era obvio que ninguno de los dos era realmente del agrado del otro. Aún así, el Emperador Osis no pareció notarlo.
- Sovieshu, ¿qué sucede?—pregunta su padre
- ¿Saldrá otra vez?—suelta Sovieshu
Su padre le observa unos instantes. Ahí es donde Sovieshu apenas comienza a notar las ojeras en los ojos de su padre, la piel más pálida de lo normal y un cansancio nunca antes visto en el Emperador... se ve mayor y cansado.
- En realidad hemos vuelto de la iglesia, a pedir por el regreso de Thania—responde su padre
Ira y resentimiento comenzaron a apoderarse de Sovieshu. ¿Por qué su padre seguía empeñado en que su hija bastarda regresaría? Ella no iba a volver, ella, o bien, se había vuelto la concubina del nuevo Emperador del Norte, o bien, había muerto ya.
- Ahora iremos a ver a la madre de mi hermana—habló el niño con una sonrisa—le pediremos que cuide de mi hermana y la deje volver.
- Si, eso haremos—sonrió su padre revolviendo el cabello del pequeño de diez años
Habían pasado más de diez años, ¿Por qué su padre seguía empeñado en ver la estatua de su amante muerta? Tenía a su esposa, viva, a su lado. Ella lo amaba, lloraba cada vez que él la dejaba. ¿Por qué le importaba más ir a ver una estatua? ¿Por qué le interesaba más cualquier otra mujer que a su esposa?
La amante y madre de su hija bastarda llevaba años muerta y aún así lograba lastimar a su querida madre. No solo eso, su otra amante había tenido el honor de ser enterrada en el jardín Buenaventura, donde solamente los miembros de la familia imperial eran enterrados. ¿Por qué se empeñaba en lastimar a su madre de esta manera? ¿Por qué simplemente no podía amar a su madre?
- Traigan una tarta de frutas pequeña y fresas envueltas en chocolate—ordenó Osis a uno de los sirvientes—lo llevan hacia la estatua de Roux...
Roux...
Sovieshu frunció el ceño al ver la expresión calmada de su padre, la forma en que su expresión se volvió ligeramente melancólica. Era como si aún después de todos esos años, después de años de la muerte de su amante, su padre aún pudiese escucharla... como si aún pudiese verla, viva.
Entonces su padre comenzó a toser.
- Padre, ¿no sería mejor que descansaras un poco?—pregunta Sovieshu
- No—negó Osis, de inmediato, mientras Robb se acercaba más a él—iré a ver a Roux, ella cuidará de nuestra hija... ella hará que vuelva pronto. Thania volverá sana y salva...
Osis comenzó a caminar dirigiéndose a donde Sovieshu supuso que estaría la estatua de su amante muerta siendo seguido por el pequeño compañero de juegos de Brithania.
Sovieshu no era tonto, él tenía oídos. Aún si su padre ignoraba los rumores que circulaban alrededor de ellos, rumores de cómo ese pequeño era otro más de sus bastardos. Aunque solo había dos bastardos conocidos: Brithania y el niño.
El niño que corría felizmente detrás de su padre.
Sovieshu no pudo lograr que su rostro mostrara frialdad y en su lugar mostró un rostro lleno de resentimiento y odio. Si tan solo su madre hubiese tenido el valor de darle medicamento abortivo a ambas antes, tal vez, su padre no se hubiese encariñado tanto de sus amantes y tal vez no habría bastardos que compartieran lazos sanguíneos con él. Sovieshu respiró profundamente antes de dirigirse hacia su madre.
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Reencarné como la hermana de un idiota
FanficSiempre había leído historias de reencarnación. Y tengo una imaginación bastante loca con respecto a las historias que leo. Sobre todo cuando me siento frustrada de un personaje, tengo ganas de entrar a un libro y golpearlo yo misma. Mi novela favor...