Reencarné como la hermana de un idiota

Capítulo 69: Hijo del corazón (1)

Era bastante incómodo tener que ver a Corvus en la Academia...

Aunque el tiempo pasaba increíblemente rápido. Corvus, quiero decir el príncipe Corvus, pronto se graduaría de la Academia, así que no estaba segura de cuándo volvería a verlo...

La fiesta de Año Nuevo llegaría pronto y esa era la única fiesta a la que no podíamos simplemente negar a invitar a los otros paises.

La fiesta era más bien una formalidad para que todos se diesen cuenta del poder que aún conservaba el Imperio Oriental, un recordatorio de que aún somos poderosos... aunque podía decirse que era una manera de mantener la paz entre países.

Así que no había manera de negarnos a invitar al Norte, por más que mi padre así lo quisiese. Así que decidió que Adler y Robb, quien ya tenía edad suficiente, estarían a mi lado en todo momento.

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La fiesta de Año Nuevo llegó pronto...

Afortunadamente solo el Emperador y la Emperatriz debían de recibir a los invitados obligatoriamente, aunque este año tanto Sovieshu como Navier estarían ahí...

Estaba preocupada por mi padre... aunque nadie quería decirlo en voz alta, su piel se notaba más pálida y había veces en las que tosía bastante. Quería obligar a cada médico en el país a revisarlo, pero no era algo que pudiese hacer. La familia imperial tenía su médico, no podían darse el lujo de permitir rumores acerca de la salud del Emperador...

Aunque sonreí cuando divisé al rey Walton III, el hermano mayor de Heinley, podía notar que él también comenzaba a mirarme de una manera... poco sutil.

Aunque eso no me sorprendía, el rumor decía que tenía alrededor de cinco amantes además de su esposa. Y... aunque era un poco incómodo, Walton al menos no era tan viejo... una pena que no me fuese atractivo.

Cuando el baile comenzó, Adler y Robb no se separaban de mi...

-    Princess Brithania, ¿Me concede esta pieza?—preguntó Robb haciendo gala de la educación que le habían instruido

-    Por supuesto—sonreí correspondiendo su reverencia

Tomé la mano de Robb ante la sonrisa divertida de Adler, quien se quedó atrás para vernos bailar.

Robb, con toda su elegancia, me llevó al centro de la pista de baile. Ah, Robb estaba creciendo con rapidez aunque aún era más bajo que yo, mi niño pronto dejaría de ser un niño. Los entrenamientos con la espada eran regulares para nosotros, algo que amábamos, pero el baile era algo que nos habían obligado a aprender... aún así, gracias a ello nos movíamos con gracia cuando usábamos la espada.

Robb era un excelente bailarín y tenía una excelente condición física, incluso mis tíos me habían dado el permiso de instruirle "la danza de la espada" de nuestra tribu. Algo que me hacía sentir orgullosa dado que era una "danza" que solo los miembros de la tribu conocían... junto a miembros honorarios. En otras palabras, debía de ser de absoluta confianza y mucho aprecio para enseñarle esa danza. Y Robb era considerado parte de la familia...

Pude sentir algunas miradas sobre nosotros, pero ignoré a todos para concentrarme en mi preciado compañero de baile.

Cuando el baile terminó, ambos sonreímos y regresamos junto a Adler, quien no paraba de sonreír divertido.

-    Oh, Robb tuvo el honor del primer baile—sonrió Adler revolviendo el cabello de Robb haciéndolo bufar—incluso antes que tu padre...

-    ¿Baile con mi hermana antes que su Majestad?—preguntó Robb con sus ojitos abiertos con sorpresa