Capítulo 71: Demonio (1)

1.3K 257 66
                                    

La sangre salpicó el piso.

Sin embargo, no era sangre de Robb...

-    ¡Nana!—mi grito resonó en toda la sala

Mi nana sonrió ampliamente mientras tomaba la espada que estaba incrustada en su vientre con ambas manos.

-    ¿Qué demonios?—escuché al maldito murmurar tratando de sacar la espada del vientre de mi nana

-    No... te dejaré lastimar a... mis hijos—escuché a mi nana murmurar mientras veía como más sangre caía.

Tomé impulso para taclear al maldito y comenzar a golpear directamente su rostro.

Supongo que en algún momento comencé a utilizar magia o debí haber golpeado bastante fuerte debido a que los gritos del sujeto comenzaron a resonar por toda la sala.

-    ¡Madre!

Solo cuando escuché el grito de Robb fue que me atreví a detenerme y caminar hacia ellos. Aunque más que caminar, parecía que me estaba arrastrando hacia ellos. Mis piernas temblaban constantemente, no podía apartar la mirada de toda la sangre que estaba derramada en el piso.

-    ¿Nana?— mi voz apenas pudo salir, casi como el chillido de un ratón

Escuchaba los sollozos de Robb a mi lado. La espada aún seguía incrustada en el vientre de mi nana mientras ella yacía en el suelo.

-    Estarás bien—susurré tomando la espada con ambas manos y sacándola de su vientre

Apenas retiré la espada, mi nana escupió sangre.

-    Estarás bien—repetí poniendo mis manos sobre su herida—lo prometo, estarás bien...

-    Mis niños—susurró mi nana—Robb... estoy muy orgullosa de ti... mi hijo...

-    ¡Madre!—sollozó Robb

-    Princesa, tengo una ultima petición—tembló mi nana con lágrimas en los ojos

-    No—susurré con la voz temblorosa—no es tu última petición, detendré el sangrado...—comencé a aplicar magia de fuego sobre su herida con intención de cauterizarla, si la cerraba ella dejaría de sangrar y estaría bien...

Ella estaría bien...

Que extraño que aún siendo la magia más destructiva, la magia de fuego también tenía propiedades curativas.

-    Me gustaría que siga permitiendo que Robb la llame su hermana—murmuró mi nana—Robb es obstinado... pero no puedo culparlo—una pequeña risa se escapo de sus labios—es igual a mi... me alegro tanto que se parezca más a mi que a su padre... me alegra tanto que vaya a ser un buen hombre... lamento hacer esta petición... por favor, ambos, protéjanse mutuamente...

Había detenido el sangrado con magia de fuego, cauterizando su herida. Aparentemente estaba tan cansada que ni siquiera lo había notado... la magia de fuego podía curar, pero dolía tanto como si intentasen hacerte daño.

-    No te preocupes, nana—murmuré forzando una sonrisa—detuve el sangrado... te recuperarás...

Mi nana giró su rostro, pálido... tan pálido que parecía blanco... me miró con sus ojos miel brillantes de lágrimas contenidas antes de sonreír.

-    ¿Es así? Me alegro—sonrió mi nana—me alegra tanto haber sido elegido como su nana... amo tanto a ambos... amo a Robb, el pequeño que nació de mi... la amo a usted, princesa... la hija de mi corazón... mis hijos... hijos de mi corazón...

Reencarné como la hermana de un idiotaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora