Capítulo 32: Despedida (2)

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Mi padre parpadeó un poco de manera desconcentrada antes de asentir levemente. Me dió una pequeña sonrisa y una mirada triste como si ya supiese la respuesta.

-    No tienes que decir algo por ahora, Thania—habló acercándose a mi—justo ahora tienes que recuperar energías...

Asentí.

Yo tampoco deseaba decirle ahora mismo.

Papá comenzó a darme de comer. No permitió que yo misma lo hiciera, él me alimentaría para que no tuviese que moverme mucho.

Conforme lo hacía. Un nudo se estaba formando en mi garganta.

No quería dejar a papá. No quería dejar a Navier. Tampoco quería dejar a Koshar. No quería dejar a mi nana. Tampoco quería dejar a los sirvientes y guardias que habían cuidado de mi todo el tiempo.

Yo los amaba. Habían hecho de mi vida algo muy divertido y emocionante, tenía una vida lujosa y podía hacer lo que deseaba siempre y cuando cumpliese con mis responsabilidades como princesa, estaba más que agradecida por esta vida.

Pero...

Estuve a punto de morir. Y esta vez no podía saber lo que sucedería después.

No me iría porque le tuviese miedo a la Emperatriz. Me iría porque sabía que de no hacerlo, Sovieshu sería el futuro Emperador y querría castigarme de alguna manera, lo cual, lograría si no me supiese defender.

Si padre le hacía algo a Sovieshu tratando de defenderme, ¿Eso no alteraría todo? ¿Navier podría conocer a Heinley? ¿Ellos aún se podrían enamorar? Y además... si la historia no seguía su curso, ¿Qué sucedería entonces? ¿Navier odiaría a Heinley? ¿Ella sufriría? ¿Este Imperio perecería? ¿Habría una guerra? Tenía que irme de una u otra forma, si no era ahora tendría que ser dentro de años. Y era mejor hacerlo ahora y aprender a defenderme desde ya.

Yo... no sabía que hacer...

Pero ya había tomado mi decisión.

Cuando terminé mi comida, papá me observó en silencio durante mucho tiempo. Yo no quería mirarlo a los ojos.

-    Thania...

La voz de papá era bastante suave y tranquila. Él colocó una mano en mi mejilla y solo entonces me atreví a levantar la mirada hacia él.

-    Papá siempre te amará sin importar lo que pase...

-    Ukk... papá...

Comencé a llorar antes de lanzarme a él y abrazarlo con fuerza. Mientras lloraba, podía sentir como él trataba de consolarme.

-    Está bien, mi pequeña—decía mientras frotaba mi espalda—si es lo que deseas así se hará. Papá te ama, te ama y siempre te amará. No importa si estás lejos, no importa si no te veo, yo siempre te amaré. Te amo más que mi propia vida.

Papá seguía con palabras como esas hasta que me pude tranquilizar. ¿Qué se supone que debía de hacer?

-    Está bien, cariño—sonrió papá—el imperio de Soliel, eh... apuesto a que tu madre estaría más que feliz por ello... ella amaba bastante su hogar... aunque nunca entendí porque se fue de ahí en primer lugar

El pequeño murmuro que salió de mi padre fue tan bajo que de haberlo dicho mientras lloraba no hubiese podido escucharlo.

Eso...

Reencarné como la hermana de un idiotaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora