Capítulo 57: La Rosa del Diablo (2)

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Cuando la fiesta había terminado, primero debía de discutir el castigo de los padres de la chica que había derramado su bebida en mi vestido.

No era como si me interesase, podían poner cualquier castigo y me daría igual, pero debía de estar ahí y debía de ser yo quien decidiese el castigo.

Mi padre estaba sentado en su escritorio mientras terminaba unos documentos. Estaba sentada jugueteando con un cuervo de madera mientras el marqués Landre estaba a lado de papá ayudándole. Recuerdo que había jugado con uno muy parecido cuando venía al estudio de mi padre. Solía lanzarlo al aire y tratar de atraparlo cuando caía.

-    Es muy bonito—murmuré—algún día tendré uno... tendré también un lindo águila, un majestuoso león y un bonito lobo... y tal vez un dragón.

-    ¿Te gusta? Puedes tenerlo—dijo mi padre

-    ¡Su Majestad! ¡No puede regalar el sello del Emperador a la ligera!—regañó el marqués Landre—no entiendo que hace allá en primer lugar...

-    ¿Por qué no?—cuestionó mi padre—era el juguete favorito de Thania cuando era pequeña.

Espera... ¿Este era el que jugaba cuando era pequeña? No puedo creer que haya sido tan irrespetuosa con el sello real cuando era pequeña.

-    Padre, el marqués Landre tiene razón—dije dejando el sello en su mesa—no puedes hacer eso tan a la ligera.

-    Era tu juguete favorito, recuerdo que solías lanzarlo al techo y tratabas de atraparlo en el aire—sonrió mi padre

No puedo creer que recuerde eso...

-    ¿Es así? Debí haber estado muy pequeña, no recuerdo eso—dije con una ligera sonrisa

-    Los papeles están terminados, ahora nos hace falta discutir el castigo para los impertinentes—suspiró mi padre—los nobles no suelen hacer esta clase de estupidez, no entiendo qué pasó.

La Emperatriz... no tenía pruebas pero tampoco dudas de que todos estaban tratando de ganar su favor.

Siempre he creído que es estúpido tratar de ganar el favor de la segunda al mando cuando puedes ganar el favor del primero al mando.

Además la Emperatriz dejaría de gobernar cuando su hijo ascienda al trono, aunque si su hijo es su marioneta en realidad jamás dejaría de gobernar....

Esperen... ¿Creen que Sovieshu será siempre la marioneta de su madre?

Eso solo deja ver lo manipulable que creen que él puede ser...

-    ¿Cuál es el castigo que puedo darles por insultar a la familia Imperial?—cuestioné

-    Por una ofensa verbal, puedes incluso dejarlos encerrados con pan duro y agua por cinco días—dijo el marqués Landre—dependiendo del nivel de la ofensa, puede llegar a ejecución. En caso de los Tebald, su hija ensució el vestido de la princesa frente a invitados extranjeros—continuó—esa ofensa muestra que no respetan a la familia Imperial... tal ofensa puede llegar a la ejecución, no por el acto en sí... sino por el momento en que se hizo.

-    ¿Ejecución? Suena divertido—dije sonriendo—pero es muy simple... ¿Qué hay del tipo que llamó bárbaro al hogar de mi madre?

-    ¿Quién hizo qué?—cuestionó mi padre—pude ver tu rostro y sabía que debía de castigarlo, pero esto va más allá. Manden a traer al segundo hijo del vizconde Quston. Me aseguraré de que sepa lo qué pasa cuando insultan a mi amada y a su hogar.

Reencarné como la hermana de un idiotaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora