Capítulo 44: Alma nueva, alma vieja... y la verdad.

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¿Qué?

Ahora que lo pienso, el tío Mark también me preguntó eso la primera vez que nos conocimos. ¿La tribu Elementalis sabe algo de eso?

Traté de mostrarme calmada, pero estoy segura de que debí haber tenido una expresión de sorpresa cuando hizo aquella pregunta.

El rostro satisfecho de Lady Hazel me lo decía.

-    Debería aprender a mantener mis expresiones para mí—sonreí—parece ser que la tribu Elementalis sabe algo de eso... y para reafirmar sus sospechas, lo soy, soy un alma vieja.

-    ¿Sabe que es difícil distinguir entre un alma vieja y un alma nueva?—cuestionó Lady Hazel—los niños que hablan como adultos suelen ser fáciles de distinguir, sobre todo cuando uno pregunta... pero si ese niño te mira con confusión, tal vez solo sea muy inteligente y maduro para su edad... tú me miraste con sorpresa.

Asentí comprendiendo lo que quería decir, pero eso no respondía mi pregunta así que le miré con curiosidad.

-    La tribu sabe el concepto de almas viejas y almas nuevas debido a que sucede cada ciertas generaciones—dijo Lady Hazel respondiendo a mi pregunta—hubo ocasiones en donde un miembro de la tribu nacía con los recuerdos de una vida pasada... había veces en que recordaban más de una vida, pero...

-    Oh, déjame tía, yo quiero decirle—habló Adler interrumpiendo a Lady Hazel—decían que algunos de los miembros que recordaban su vida pasada se volvían locos...

-    ¿Locos?—cuestioné

-    Trataban de recordar su vida pasada con más claridad—siguió Adler—pero el resultado siempre era el mismo cuando intentaban recordar los rostros de las personas que más amaron: dolores de cabeza.

Yo... tenía dolores de cabeza cuando intentaba recordar.

-    Aquellos que lograban recordar los rostros sólo tenían dos resultados: llorar y continuar con esta vida o...—una sonrisa siniestra apareció en el rostro de Adler—volverse locos...

¿Volverse loco?

-    ¿A qué te refieres?—cuestioné

-    Cuando una persona ama realmente a alguien, quiere estar cerca de esa persona o al menos saber de ella—habló Lady Hazel—aquellos que lograron recordar los rostros de sus amados de su vida pasada, se volvieron locos cuando se dieron cuenta de que habían perdido algo realmente importante. Para algunos fueron sus padres, para otros algún hermano, para otros fue su pareja... y para los más desgarradores... fueron sus hijos.

Abrí los ojos con sorpresa. Yo... ¿Tuve a alguien importante? ¿Alguien a quien no recuerdo su rostro o siquiera su voz?

Yo...

-    ¡Oye!

Adler me tomó de los hombros con fuerza y firmeza obligándome a mirarlo directamente a sus ojos. Podía ver mi rostro lleno de tristeza y dolor dentro de ellos.

-    Está bien—murmuró Adler—puedes llorar. Puedes gritar... pero no puedes romperte. No tienes permitido hundirte... ¿Crees que esa persona a la que tanto amaste y tanto te amó le gustaría verte así? ¡Claro que no! Sigue viviendo, sigue adelante... ¡pelea! Si no lo haces por ti, al menos hazlo por ellos...

La manera en que lo dijo, tan enérgico y molesto... me hizo creer algo.

-    ¿También eres un alma vieja?—pregunté

-    No, claro que no—respondió él soltándome—no son los únicos que pierden seres queridos, ¿sabes? De eso se trata la vida, tarde o temprano todos mueren, nosotros tenemos que vivir por ellos. Las personas que pierdes... jamás podrás recuperarlas, solo tienes que pensar en las personas que aún tienes. ¿Acaso no sería triste dejarlos también?

Reencarné como la hermana de un idiotaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora