Adler me seguía como si fuese mi sombra...
Aunque técnicamente aún no lo era.
Para ser una sombra, se debía de hacer un juramento. Algo que involucraba a la sombra asesinar al "cuerpo" en caso de que éste llegase a cometer una grave falta.
En otras palabras, para que Adler fuese mi sombra debía de jurar que me asesinaría en caso de que yo me volviese loca... una corrupta que atenta contra la vida de inocentes.
Aunque yo no dudaba de que Adler fuese capaz de hacerlo.
Ya me golpeaba a pesar de ser una princesa por cosas tan simples como escalar un árbol, saltar desde la vigía del barco, salir sin permiso...
Aunque sus golpeas no eran tan duros, si dolían un poco.
Las clases no eran tan difíciles como creía, pero si ayudaban a comprender el resto. Más que clases de teoría, eran clases de práctica. Nos agrupaban y hacían que practicáramos con nuestra magia.
Ahora mismo estaba conversando con una amiga que había hecho. La única, en realidad, desde que llegué los demás me evitaban como si fuese capaz de arrancarles la cabeza o el corazón.
Cailín Lefors era una niña agradable de mi edad, su piel morena clara resaltaba entre tantas personas de este país. Ella me agradaba bastante, sus ojos de color miel me miraban con bastante calidez mientras conversábamos.
- No creí que la princesa fuese tan amable—dijo ella con una sonrisa cálida—he escuchado rumores de la princesa donde dicen que en realidad es un demonio disfrazado de niña... un perro loco, la llaman.
Cailín había dicho con una voz tan dulce y suave... que no pude evitar sentirme culpable...
- No entiendo esos rumores, es muy linda...—la sonrisa de Cailín era demasiado brillante
Bueno, la mayoría de mis compañeros se ponían tensos al verme y me evitaban a la mayor medida posible. Solo Cailín había sido lo suficientemente valiente como para acercarse a mí sin importarle la reputación que yo misma me había construido.
- Rosa del Diablo suena mucho mejor—dijo Cailín mientras jugaba con su magia de tierra—¿es consciente de que le llaman así por su padre? Dicen que su padre le llama su "rosa", la Rosa del Diablo.
Era agradable escuchar a Cailín, ella tenía una voz muy suave y un tanto melodiosa. Hablaba con calma, haciendo que la mayoría se sometiese tranquilo en su presencia.
Por lo poco que pude escuchar, Cailín era hija de un conde del Imperio Oriental que Se había casado con una mujer extranjera, una mujer de otro continente, una mujer de Luipt, una nación desértica.
Cailín se había ofrecido a enseñarme el idioma de su madre, y a cambio yo le enseñaría el idioma de mi madre.
Ambas teníamos eso en común: un padre del Imperio Oriental y una madre extranjera. Además ambas usábamos magia de tierra...
Su magia de tierra y la mía era muy diferente. Mientras que ella solo movía sus manos, yo tenía que "danzar". Para ser más "unida" a mi magia de tierra, me quitaba los zapatos para sentir la tierra, la humedad o la rigidez.
Esa era una diferencia entre la magia del continente de Wol con el de Nature, mientras que aquí movían las manos y solo "pensaban" en lo que querían hacer con su magia... en Nature se conectaba con la naturaleza.
En lo personal, si me podía sentir los pasos de los demás igual que mis tíos Iván y Julián, y, con muchísima concentración, podía decir cuando estaban nerviosos, cambios sutiles en sus movimientos, incluso cuando su peso cambiaba ligeramente... eso era algo que aún practicaba. Debía de hacerlo, la magia de tierra daba enormes ventajas cuando se trataba de una lucha cuerpo a cuerpo.
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Reencarné como la hermana de un idiota
FanfictionSiempre había leído historias de reencarnación. Y tengo una imaginación bastante loca con respecto a las historias que leo. Sobre todo cuando me siento frustrada de un personaje, tengo ganas de entrar a un libro y golpearlo yo misma. Mi novela favor...