Capítulo 82: El Rey del Norte (2)

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El príncipe... no, el rey Jakob se acercó a los nobles que, de inmediato, reverenciaron ante él. Sonreí cuando noté que algunos comenzaron a arrodillarse y temblaban del miedo.




- Algunos de ustedes habían querido que yo ascendiera al trono desde antes—habló el rey Jakob—estuvieron planeando eso durante años junto a mi hermano, yo fui el tonto... el tonto por creer que mi padre cambiaría. Nunca lo hizo, y nunca lo hará.

El rey dirigió su mirada hacia mí y sonreí, una sonrisa casi maternal. Del tipo que le daba a Robb, del tipo que le animaba a seguir y a no detenerse.

- Fui muy tonto—siguió el rey Jakob—pero eso está por cambiar. A partir de hoy, como el nuevo Rey, haré las cosas de manera correcta. Como un gobernante debería de ser...

El nuevo Rey observó a su madre. Ella temblaba mientras lo veía con una mirada desafiante.

- Soy tu madre—declaró la ex Reina

- Y aún así te juzgaré al igual que el resto—declaró Jakob—usted fue la Reina anterior, comprendo que no podía anteponerse ante su esposo, pero permitió que él lastimara a muchos y nunca les dio alguna compensación, algo que mostrara remordimiento o pena...

El Rey Jakob hizo una señal y, con eso, dos soladados obligaron a la mujer a levantarse y arrodillarse ante todo el pueblo que la observaba.

- Zoria Kravets, eres acusada de complicidad en los actos agravantes de Jaris Farstad—comenzó Jakob—además de malversación del erario público y... del asesinato de Rut Maristela Barthory...

- ¿Te cambiaste tu apellido por el de esa perra?—se burló Zoria—sigues siendo mi hijo...

- Asesinaste a la mujer que yo consideraba mi madre—dijo Jakob—lo hiciste... ¿no?

- ¿Qué si lo hice? Ella lo deseaba mucho antes de tener a su bastardo—sonrio Zoria—solo le hice un favor...

Jakob, en un momento de ira, sostuvo su espada en alto con intenciones de apuñalar a su propia madre.

Sin embargo, se detuvo y guardó su espada.

Siendo sincera, esperaba ver sangre caer, alguna cabeza rodar, le quitan lo divertido.

- Yo no decidiré tu castigo, creo que se lo dejo a mi hermano: Corvus Arturus Barthory, príncipe y mi heredero—dice Jakob mientras se sienta en el trono

Corvus le mira con sorpresa, pero asiente. Camina hacia la anterior reina y su madrastra.

- Había pensado en tantas cosas que quería cuando llegara este día—comienza Corvus—pero... nada de eso traerá de regreso a mi madre.

Corvus me observa como si quisiera que tuviese piedad con su padre, pero al ver que solo sonrío, él desvía su mirada.

- Pero no puedo perdonarte—aclara Corvus—no puedo... así que aunque yo no voy a lastimarte directamente... dejaré que la princesa Brithania del Imperio Oriental decida tu destino...

- ¡Que interesante!

Rei tal cual niña pequeña a la que acaban de dar un nuevo juguete, di pequeños saltos hasta llegar frente a la reina.

- Veo, veo con estos ojitos—dije con diversión—a una Reina que dejó de tener una corona... ¿Qué tal?

La anterior Reina me observó antes de reír.

- ¿Princesa? No es más que otra hija bastarda, es igual a ti, ¿no?—dice Zoria mirando a Corvus

- ¿Igual a mí?—pregunto viendo a Zoria con confusión— ¿De qué habla? ¡Corvus es un chico muy amable! ¡Demasiado blando! Yo, por otra parte... soy un demonio.

Reencarné como la hermana de un idiotaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora