Capítulo 95: Preparaciones (2)

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La mañana de la ceremonia de mi mayoría de edad, desperté más temprano que de costumbre. El sol aún no salía, pero tal vez era debido a que me habían prohibido hacer cualquier cosa la tarde anterior. Dormí bastante temprano y desperté aún más temprano.

Me vestí con unos pantalones y una camisa para luego tomar mi arco y mis flechas. Salir a escondidas de la casa de Cristal con dos tíos que podían sentir todo debajo de sus pies era todo un arte... sin embargo, tenía suerte de que fuese temprano. Nadie despertaba tan temprano. ¿O estábamos aún en medio de la noche? El cielo aún estaba un poco oscuro, no había rastro de los rayos del sol y aún podía ver las estrellas.

El campo de tiro no estaba muy lejos. El frío de la mañana que sentía erizaba ligeramente los vellos en mi brazo, pero no importaba.

Tomé me arco y tomando una flecha de mi carcaj apunté al centro. No hacía mucho frío, o al menos eso creía yo, saqué un poco de aliento que había estado conteniendo al soltar la flecha cuando vi una mancha azul volar condenadamente cerca del centro.

Corrí en dirección a la diana cuando vi un pequeño pajarito de plumas azules en el piso.

Solté un pequeño chillido mientras me agachaba a recogerlo.

- ¡Dioses! ¿Estás bien?—cuestioné mientras comenzaba a revisarlo

El pequeño pajarito no parecía tener ninguna herida visible. Sin embargo, había varias plumas en el suelo.

- Lo siento—susurré

El pequeño pajarito tembló un poco en mis manos antes de abrir los ojos.

- Dulce pajarito, ¿te encuentras bien?—pregunté con suavidad mientras le acariciaba el pico

El pajarito volvió a cerrar los ojos. ¿Se había vuelto a desmayar?

Suspiré mientras veía la diana de tiro. Al menos mi flecha se encontraba muy cerca del centro. Saqué mi flecha con cuidado, revisando la punta. No había rastro de sangre, tampoco había sangre en el pajarito.

¿Es que no me vio ahí? ¿Cómo rayos se le ocurre volar cerca de la Diana de tiro? ¿Voló cerca o solo fingió?

Gemí internamente de la desesperación. Guardé mi flecha en el carcaj y caminé de regreso a la casa de Cristal cargando al pajarito en mis manos.

El sol comenzaba a salir, los primeros rayos del sol comenzaron a reflejarse en el jardín. El cristal, de ahí el nombre, hizo varios arcoíris en el suelo. Solía pasar a ciertas horas del día, pero se reflejaba mejor al amanecer y al atardecer. Además mi madre había colocado decoraciones de piedras que brillan con el primer rayo del sol. Un espectáculo que me gustaba ver.

Dejé al pajarito sobre una de las mesas mientras comenzaba a revisarlo con más detenimiento. De verdad no parecía herido, ni siquiera un rasguño o algo. ¿Qué le había pasado a McKenna?

Revisé su patita y ahí vi una nota. Suspiré mientras buscaba un poco de alcohol en el botiquin de primeros auxilios más cercano.

Era increíble como recuerdos fugaces de mi antigua vida iban y venían. Esos recuerdos fueron los que hicieron posible hacer pequeños cambios... como este pequeño botiquín. Claro, no había curitas, pero algo era algo. Al menos teníamos alcohol y algunas vendas. Además de unas pinzas y... me estoy desviando del tema.

Abrí el alcohol y lo coloqué cerca del pico de McKenna. Me preguntaba si funcionaría debido a que estaba en su forma de ave y no la humana.

Aunque, la respuesta llegó bastante rápido, cuando vi el pequeño pajarito abrir sus ojos.

Reencarné como la hermana de un idiotaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora