Reencarné como la hermana de un idiota

Capítulo 77: Guerra (1)

Me acerqué a mi padre, quien se encontraba en su oficina y me arrodillé ante él. Tomé su mano y la besé antes de ponerlo en mi mejilla.

-    Padre, iré a la guerra—dije mientras le sonreía—por favor, dame tu bendición...

-    Mi querida hija—suspiró mi padre mientras me ayudaba a ponerme de pie

Una vez que estuve de pie, mi padre se arrodilló y besó mi mano.

-    Si existe un Dios, espero que escuche a este padre—dijo papá mientras me sonreía con tristeza en su mirada—por favor, daré la mitad de mi vida a cambio de que mi hija vuelva a casa, sana y salva... viva...

-    Papá, no tienes que decir eso—dije con una sonrisa mientras lo ayudaba a ponerse de pie—eres el Emperador, no deberías arrodillarte ante nadie en esta tierra... y volveré sana y salva... y con un trofeo de guerra.

-    Mi hija...—murmuró mi padre de pie frente mío mientras acariciaba mi mejilla—todos los días me arrodillaré ante Dios en su iglesia si con eso vuelves...

Sonreí con tristeza. Sabía que mi padre no era alguien que mencionaba a la religión debido a su nivel político, sin embargo, sabía que si lo haría. Haría todo por volver a verme.

-    Volveré padre, y ambos podremos ir juntos y agradecer por mi regreso—sonreí mientras tomaba su mano

Por supuesto que regresaría y regresaría victoriosa.

Cuando terminamos de despedirnos, mi padre me acompañó hasta la entrada del palacio, donde estaban mis tíos y los soldados que habían traído.

-    ¡Princesa! Me alegra volver a verla—escuché a una voz que se me hacía extrañamente conocida

-    ¡¿Lady Amber?!—exclamé cuando reconocí la voz

-    ¡La misma!—sonrió ella quitándose su capucha—en esta ocasión el Emperador Marcel creyó que 300 soldados y 5 guerreros era más que suficiente, ¿Y qué más si los guerreros eran miembros de la familia Imperial?

Por supuesto, era una prueba y un mensaje: "El Imperio de Soliel es tan poderoso que se necesita poco para acabar con un país del continente de Wol".

Los soldados no poseían magia por ello los enviaron a ellos, enviar a alguien con magia pero sin experiencia se vería afectado por la escasez de mana de la naturaleza que hay en el continente de Wol.

-    Además, no podía dejar que mi novio se llevase toda la diversión—dijo Lady Ámbar con una gran sonrisa mientras señalaba con su pulgar a tío Elijah, quien desvió su mirada luciendo avergonzado mientras un tenue sonrojo teñía sus mejillas

-    Como sea—murmuró tío Elijah mientras subía a un caballo

-    El Emperador fue amable al proporcionarnos coches de viaje—hablo tío Bastian viendo a mi padre desde su caballo—agradecemos su amabilidad...

-    Esto no es nada—replicó padre

Padre volvió a besar mi cabeza antes de sonreír.

-    Cuando vuelvas tendré una sorpresa para ti—sonrió mi padre—así que regresa sana y salva, mi dulce rosa.

-    Por supuesto, papá—sonreí separándome de él para subir a uno de los caballos

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Los príncipes del Norte estaban al frente de la expedición, como nuestros guías, con nosotros siguiéndoles de cerca.