Capítulo 31: Despedida (1)

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Le miré con un rostro lleno de confusión. ¿Qué diablos había pasado en el tiempo que había quedado inconsciente? ¿Por qué papá (el hombre maniaco y obsesivo) ahora dice apoyarme si decido irme?

Parpadeé un par de veces, como si el hombre frente a mi solo fuese un espejismo, alguna ilusión de mi cerebro o algo. Incluso me pellizque el brazo...

Pero no...

No estaba soñando y tampoco era una ilusión.

Mi padre realmente estaba diciendo aquello.

-    Papá... ¿Por qué...?

De pronto comencé a toser.

¡Demonios! ¡Eso dolió!

¿Por qué una simple tos dolió tanto?

Al no tener una servilleta, terminé por toser en mi brazo, a la altura de mi codo, y cuando vi... había manchas de sangre.

Abrí mis ojos con un poco de miedo mientras miraba a mi padre, quien sacó una servilleta y comenzó a limpiar la sangre.

-    Lady Francesca dijo que el antídoto te curaría por completo en dos días, también dijo que lo recomendable para ti es descansar y no alterarte—habló mi padre

Asentí en silencio sintiéndome agradecida por su explicación, aún si yo no se lo había pedido.

El silencio comenzaba a reinar la habitación haciéndome sentir un poco incómoda.

Debía confesar que había estado pensando en la posibilidad de ir al Imperio de Soliel, quiero decir... mi madre había muerto intentando regresar, ¿no es así?

Pero nunca había pensado en ello tan seriamente porque dudaba que mi padre fuese a dejarme ir.

Pero mamá...

Ella... ¿querría que fuese?

-    Está bien, todo estará bien... mi pequeña luz de Luna. Sea cual sea tu decisión... mamá estará orgullosa...

La voz de mi madre hizo eco en mi mente.

-    Debes comer un poco antes de volver a descansar—habló papá sacándome de mis pensamientos—regresaré en seguida...

Papá me dio un beso en la frente antes de salir de la habitación. Miré alrededor y pude notar que no era mi habitación... era la de mi padre.

Vaya, había pasado dos años desde que había dejado de venir a su habitación.

Cubrí mi rostro sintiendo vergüenza al ver algunos dibujos que había hecho cuando era aún más pequeña. Creí que los había tirado.

Hace un año había intentado dibujar una familia feliz como toda pequeña, y al creer que era una semi-adulta en el cuerpo de una niña pensé que sería más fácil dibujar...

Mi error...

Ni en mi otra vida ni en esta tengo un don para dibujar.

Debía dejar de distraerme con cosas así cuando tengo algo importante en la cual pensar.

Mi padre prácticamente estaba dándome su bendición en caso de que yo decidiese ir al Imperio Soliel con mis parientes maternos.

Y mi tío...

Quiero decir... cuando dijo que intentaría convencerme creí que usaría a mi madre... pero no fue así. Nunca mencionó a mi madre para tratar de convencerme (o manipularme) a ir al Imperio Soliel.

Reencarné como la hermana de un idiotaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora