Reencarné como la hermana de un idiota

Especial: Sophia

Lady Sophia observó a la pequeña que se encontraba en brazos del Emperador.

Se parecen mucho...

Aquel pensamiento llenaba su mente aún cuando intentaba alejarlo. La pequeña niña realmente se parecía mucho a su madre.

No había manera de negar que ella era su hija, la hija de su primer amor. Su corazón se estrujó cuando recordó a la amable pelirroja mientras extendía su mano hacia ella.

Desde que su medio hermano había decidido que ella podía ser usada como una moneda de cambio o como una especie de herramienta de poder, no había dudado en comprometerla o usarla.

Aunque ningún noble quería casarse con la hija bastarda de otro noble. Hasta el momento en que su hermano creyó que podría meterla a la cama del Emperador fue comenzada a ser considerada "útil".

Pero...

- Yo estaba profundamente enamorada de su Alteza, la princesa de Soliel, Roux Amelie de Soliel—dijo Sophia ante aquel hombre

Su declaración era similar a una declaración de guerra, ella sabía que esas palabras podrían costarle la vida, pero...

- Cuidaré de su Alteza, la princesa, no por qué usted o mi hermano me lo haya ordenado—siguió Sophia—lo hago porque aún ahora es mi deseo cuidar y proteger de la hija de la mujer que alguna vez amé.

Sophia preferiría morir antes que callarlo. No quería vivir con más arrepentimientos. Ella pudo haber salvado a Roux, pudo haberla salvado de haberla ayudado a escapar... pero no lo hizo.

Se arrepentiría por siempre de esa decisión, pero no había manera de volver atrás en el tiempo.

El Emperador le miró y una suave sonrisa apareció en su hermoso rostro.

- Lo sé

- ¿Eh?

Osis III, el Emperador conocido como que que negoció con el diablo ganando belleza y poder, le sonreía como si se hubiese rendido.

¿Rendido? ¿Él? ¿El hombre que buscó de una y mil maneras hacer que Roux se quedara con él?

- ¿Crees que no me había dado cuenta de cómo mirabas a Roux?—preguntó Osis—siempre lo he sabido, es por eso que decidí aceptarte como nana de mi hija. Sé que tú la cuidarás, sé que tú jamás harías algo para lastimarla y sin importar lo que suceda, tú siempre buscaras la manera de protegerla.

Lady Sophia permaneció en silencio. Ese estúpido emperador... aún así... él tenía razón.

- Lo haré solo por su Alteza, porque ella es hija de su Majestad, la verdadera Emperatriz, Lady Roux—murmuró Sophia sin más

Y así fue como llegó a ser la nana de la princesa.

La princesa era muy inteligente para su edad. Ella estudiaba siempre con sus maestros, pero aprendía con rapidez con o sin ellos. Incluso se sorprendió de ver lo mucho que se esforzaba por ser el orgullo de su padre sin darse cuenta que no importase lo que hiciese, ella siempre sería amada por el Emperador Osis III.

- Nana, parece que papá llegará tarde hoy—habló la pequeña sacándola de sus pensamientos

Aquello era verdad, en la habitación solo estaba ella y la pequeña princesa de dos años. Aunque la princesa pronto sería llevada a su propia habitación, una habitación continua a la del Emperador, por ahora dormía en la misma cama que su padre.