“Pues, sí. La cosa está jodida...
Emily llegó un poco más tarde ese día, apenas había dormido. Debía sacarlo de su mente, era un hombre casado y con un hijo, pero, cómo lo haría era todo un misterio para ella.
Venía tan perdida en sus pensamientos que ni siquiera vió el frasco que salió disparado de la mesa de Reid hasta que dió directo en su frente.
- ¡Oh! ¿Qué?- Exclamó la morena.
- Lo siento mucho, Emily.- Le dijo Reid desde su asiento. JJ y García, quienes se encontraban a su lado, estaban divirtiéndose terriblemente con aquella situación.
- ¿Qué ha sido eso?- Preguntó mientras se llevaba la mano al golpe.
- ¿No reconoces un cohete cuando lo ves?- Le preguntó García entre risas.
- Yo sólo estaba demostrando una ley física. Yo... yo no pretendía darte.- Titubeó Spencer.
- Oh, enséñamelo.- Dijo Emily algo emocionada parándose a su lado.
- Eh, vale dense la vuelta.
- ¿Dense la vuelta?- Preguntó algo confundida.
- Sí, no va a enseñarte cómo funciona.- Le explicó JJ.
- Un mago nunca revela su trucos.
- Pensé que habías dicho que era física.- Le dijo Emily.
- Física mágica.- Le aclaró.
- Confía en mi.- Le dijo García mientras la jalaba suavemente por el brazo para que se diera la vuelta.- No consigues nada discutiendo con él.
- De acuerdo, ya pueden mirar.- Esta vez el frasco dió a parar, nada más y nada menos, que a los pies de cierto individuo trajeado.
La expresión de los cuatro agentes cambió a una total seriedad. Hotch recogió el frasco y los miró con severidad. Emily salió despavorida, mientras García y JJ se daban la vuelta intentando disimular.
- ¿Física mágica?- Le preguntó a Reid alzando las cejas.
- Sí, señor.
- Reid ya hablamos de esto.- Se acercó a su escritorio para devolverle el frasco.
- Lo siento, señor.
- Estás consiguiendo que llegue más lejos cada vez.- Le dijo para luego caminar hacia su oficina con una sonrisa en su cara, pero, sin dejar que sus subordinados se percataron de esa expresión.
- Así que tiene sentido del humor.- Dijo Emily volviendo a acercarse. "Sí, y también tiene un cuerpo increíble" se dijo a sí misma.
- A veces.- Argumentó Spencer.
Hotch se encerró en su oficina, aunque de vez en cuando se paraba en la ventana para mirar hacia el bullpen, o más bien para mirarla a ella.
Odio, era todo lo que se tenía hacia él mismo. Se odiaba por lo que estaba sintiendo.
¿Cómo podía ser tan débil? Amaba a Haley y amaba a su hijo sobre todas las cosas del mundo.
¿Qué tenía de especial aquella mujer? Sí, sabía admirar a una mujer hermosa, pero, Emily tenía algo más, algo que ni siquiera podía describir.
¿Por qué ella? Por qué lo hacía sentir así, incómodo y reconfortado a la vez; queriendo tenerla cerca y al mismo tiempo evitándola lo más posible.
Y la pregunta más importante: ¿Por qué Emily Prentiss era todo lo que venía a su mente cada vez que cerraba los ojos?
Recordó las palabras de Gideon: "Una vez que la tengas en la mente no te será fácil sacarla." Y tenía razón, era imposible poder pensar en otra cosa que no fuera ella.
Sus pensamientos se vieron interrumpidos por el sonido del teléfono a su lado. Dirigió una última mirada hacia el bullpen intentando encontrar a la morena, pero, no tuvo éxito.
- Agente Hotchner.- Dijo con voz seria.
- Señor, lo llamo para informarle que el agente Morgan está detenido por ser sospechoso de un homicidio.
- Tiene que haber un error.
- ¿Su agente se llama Derek Morgan?
- Sí.
- Pues, temo informarle que está en la comisaría de Chicago. ¿Puede venir con su equipo?
- Por supuesto. Estamos en camino.
Cuando terminó la llamada realizó otra para localizar al equipo y ponerse rumbo a Chicago.
El caso de ese día era más duro de lo habitual, siempre eran duros cuando uno de ellos estaba siendo perfilado.
Viajaron hasta Chicago para ayudarlo, aunque no fue nada fácil enterarse de las cosas que había sufrido de niño: la muerte de su padre y los abusos sexuales por parte de un líder de su comunidad.
Aunque fue triste permanecieron unidos, ahora más que nunca Emily estaba segura de que aquellos agentes eran una familia, y de que ella pertenecía a esa unidad. Incluso Hotch lo sabía, ella era la correcta para el puesto, era una gran agente, pero, sobre todo había algo en él que le pedía a gritos que no hiciera nada para alejarla.
En el jet todos estaban en silencio, la historia de Derek había sido devastadora y no era un tema que quisieran tocar.
Hotch los observó a cada uno sentado en un rincón.
- ¿Cómo es posible que te veas más cansado que yo?- Le preguntó Derek sentándose en el sillón de enfrente.
- No he dormido bien últimamente.
- ¿Pasa algo, Hotch?
- No.
- ¿Seguro?- Aaron asintió.- Vamos, cuéntamelo. ¿Qué asesino en serie no te deja dormir esta vez?- "Asesina, más bien." pensó Hotch.
- No te preocupes. No es nada que no pueda controlar.- Aunque hablaba con Morgan, era algo que trataba de decirse a sí mismo.
- Vale, pero, si te sirve de algo, Gideon tiene pastillas para dormir. Y son buenas.- Morgan se dirigió a uno de los sofás y Hotch se quedó solo, perdido nuevamente en sus pensamientos.
Después de un rato volvió a sentir una presencia frente a él, pero, esta vez era Gideon ofreciéndole una de esas pastillas y un vaso de agua que Aaron aceptó casi de inmediato.
- Deberías descansar.- Le dijo Gideon.
- Eso intento.
- Así que yo tenía razón.- Hotch lo miró curioso esperando la explicación.- Se ha apoderado de tu mente.
- Jason.- Resopló.
- ¿Es ella, verdad?
- No.
- Muy bien, entiendo que no quieras hablar del tema.- Levantó sus manos a modo de rendición y se puso de pie.- Sólo espero que no te vuelvas loco.
Loco, sí, ya estaba loco, perdido en cosas que ni siquiera debía estar pensando. A veces se obligaba a dejar de hacerlo, pero, su mente volvía ahí, a ella. Estaba atrapado bajo su hechizo sin que ninguno de los dos se diera cuenta.
Y por un momento se preguntó si ella se sentiría de igual forma. Si habían sentido lo mismo la primera que se dieron la mano, o la vez que habían hablado en su oficina a altas horas de la madrugada.
Y se hizo una vez más la pregunta que más lo inquietaba. ¿Por qué había tenido esa sensación desde el primer día en que la vió? Ni siquiera sabía ponerle un nombre.
Sabía que debía sacarla de su mente y entonces se dió cuenta que sentía algo más que odio, sentía miedo de por una vez en su vida no saber llevar la situación y acabar perdiendo la cabeza por una mujer, más en concreto, terminar perdidamente enamorado de Emily Prentiss.
Porque aquella atracción, sobre todo, era una atracción fatal.
... No paro de pensar en ti.” - David Sant.
<3
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❝𝐼𝑛𝑒𝑣𝑖𝑡𝑎𝑏𝑙𝑒𝑠❞
Fanfiction¿La Reina del Hielo puede derretirse lo suficiente como para vivir en el infierno de una bestia? ¿Puede la bestia convertir su corazón en un bonito copo de nieve? ⊱⋅ ──────────── ⋅⊰ ♡・゚:*。.:*・゚ ¿ǫᴜé ᴘᴀsᴀ ᴄᴜᴀɴᴅᴏ ʟᴀ ᴛᴇɴᴛᴀᴄɪóɴ ʏ ʟᴏ ᴘʀᴏʜɪʙɪᴅᴏ...